De vez en cuando solemos creer que están ocurriendo "cosas" que antes no pasaban. En cuestiones atmosféricas recurrimos a personas que aseguran no haber visto en toda su vida nada igual. Pues bien, en Castellón de la Plana, nuestra querida ciudad en la que si de algo se puede presumir es de buen tiempo, durante la mayor parte del año, también han habido calores inaguantables en verano, algún día de intenso frío en invierno; pero sobre todo suelen ser y siempre ha sido así, muy habituales las tormentas en verano. Este pasado mes de agosto ha sido un buen ejemplo de ello, pero no el único verano de la historia de la capital de la Plana en que las tormentas han sido protagonistas, ya que:
El 4 de septiembre de 1882, es decir: hace hoy 133 años, estuvo diluviando todo el día y la mayor parte de las casas quedaron inundadas. Los rayos y truenos eran continuos y al anochecer el alumbrado público no pudo ser utilizado. La tormenta cesó por la noche, pero los castellonenses se acostaron preocupados por las pérdidas que podrían ocasionarse en las cosechas y el estado en que quedarían sus huertos. Las lluvias continuaron durante nueve días, cesando el 13 de septiembre. El cauce de la acequia mayor no aguantó la cantidad de agua que soportaba y se rompió por distintos puntos el día ocho, provocando inundaciones en las partidas de Almalafa, Censal y Villamargo.
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