martes, 8 de septiembre de 2015

II CASTELLÓN EN LA PREHISTORIA


A pesar de ser la etapa más larga vivida por la humanidad, la Prehistoria es la menos conocida. El origen de la especie humana tuvo lugar hace, aproximadamente, cuatro millones de años en el continente africano. Al principio se agrupaban un pequeño número de individuos que se limitaban a buscarse el sustento, como si se trataran de una especie más de animales. Los primeros utensilios qu fabricaron estaban hechos con madera y hueso, hast que comenzaron a tallar la piedra.

 No es muy aventurado suponer que nuestras tierras estuvieron habitadas hace dos millones de años; sin embargo, han sido muy escasos los restos de aquel periodo previo a la Historia, encontrados en la actual provincia de Castellón. Una de las piezas prehistóricas más importantes es una piedra con filo cortante que logró encontrar el artista y arqueólogo don Juan Bautista Porcar Ripollés en las inmediaciones del Desierto de las Palmas. A comienzos del siglo XX los investigadores solían dirigirse a la cueva de la Seda, sita en las proximidades del ermitorio de la Magdalena. La mayor parte de sus hallazgos no fueron catalogados, pero algunos fueron presentados en la Exposición Internacional de Barcelona de 1929.

   Expertos en esta materia, como Francesc Gusi i Jener, llegaron a la conclusión de que algunas comarcas castellonenses fueron habitadas, durante la Prehistoria por distintas culturas humanas. Es lógico que fuera así, por cuanto nuestra situación geográfica, el clima templado y la abundancia de recursos naturales, permitieron, durante casi dos millones de años cuando la subsistencia era el principal problema, que estas tierras se convirtieran en un escenario adecuado para las mujeres y hombres primitivos.
   Ha sido una pena que diferentes transformaciones agrarias, así como algunas infraestructuras, hayan destruido posibles ycimientos arqueológicos y con ello la posibilidad de estudiar, con mayor precisión, nuestros orígenes. A pesar de ello, a través de los restos encontrados en las inmediaciones del Desierto de las Palmas y por los restos que se conservan en el Museo de Bellas Artes de Castellón de la Plana, se puede testificar la presencia de asentamientos humanos en nuestras tierras, por lo menos, unos cuatro mil años a.Cl, en algunos lugares próximos a la costa.

   También se han encontrado diferentes restos pertenecientes a la edad del bronce, con lo cual es seguro que durante aquel periodo, estaban habitadas las tierras próximas al litoral, como el cerro de la Magdalena, Tossal Gros, Pla del Moro o incluso la denominada Cueva de las Maravillas. También el profesor Esteve encontró restos de cerámica en las proximidades del Castellet de Nadal, por lo que se puede hablar de que pudiera haber existido allí, un poblado perteneciente a la Edad del Hierro. Estos materiales encontrados por don Francisco Esteve, debieron corresponder a echas comprendidas entre los años 900 y 700 antes del nacimiento de Jesucristo.
 
   Aquellos seres primitivos no aprendieron a escribir y apenas emitían algún sonido, pero supieron decorar las paredes rocosas de sus habitáculos con espléndidos dibujos. En muchos lugares de nuestra provincia existen sorprendentes muestras de aquellos primitivos artistas. Aunque las figuras de animales que decoran las cuevas cántabras de Altamira son las que han tenido mayor repercusión mundial, en la Comunidad Valenciana, se han encontrado ejemplos que por sus características, generan numerosos e interesantes teorías entre los grandes investigadores en esta materia que llegaron a nuestra provincia, a principios del siglo XX.

   Aunque con el transcurso de los años hayan llegado a desaparecer algunos restos que pudieron habver dejado nuestros antepasados en distintos lugares de la provincia de Castellón, todavía quedan los suficientes para que se haya podido estudiar su presencia entre nosotros. En la actualidad se pueden admirar un buen número de sus creaciones artísticas. En ellas, a diferencia de las pinturas de otros emplazamientos en los que solo se representaban animales, la figura humana se erige en protagonista. Los expertos en estos temas han podido conocer la forma de vida de aquellos primeros pobladores en cuevas y barrancos de Tirig, Morella, Ares, la Pobla de Benifassar, Villafranca, Xodos o Villafamés.


Se pueden apreciar grupos de hombres y mujeres danzando, siluetas de animales y muestras de sus hábitos de vida en las pinturas de nuestros antepasados prehistóricos.
 

Pinturas rupestres en el barranco de la Valltorta

No hay comentarios:

Publicar un comentario