jueves, 17 de septiembre de 2015

JAIME I DE ARAGÓN


La vida y gestas del rey aragonés han sobrepasado lo que la Historia ha podido certificar como cierto. Su propia imagen contribuyó a ello. Por lo que cuentas sus biógrafos, sobrepasaba en un palmo al hombre más alto de su tiempo. El pelo rubio, su cutis blanquecino, los ojos negros, una fuerte constitución, duro carácter, además de su innegable inteligencia y cultura, ayudaron a darle una imagen poco frecuente en la Edad Media. 
   Con anterioridad a su nacimiento e incluso de ser engendrado, ya había entrado en la leyenda. Su madre, María de Montpelier, era la esposa de Pedro II de Aragón. El matrimonio no mantenía una buena relación y el Rey estaba esperando que el Papa lo anulara para poder casarse, por cuarta vez, con una hermosa doncella de la que estaba enamorado.  Un emisario, obedeciendo órdenes de la Señora de Montpelier, le hizo creer al Rey que la joven accedía a un encuentro amoroso en su propio palacio, pero debía llevarse a cabo en una habitación que permanecería completamente a oscuras ya que la doncella, de la que estaba enamorado era muy pudorosa. La Reina, convenientemente disfrazada, se hizo pasar por la hermosa joven. Después de consumar el acto, ella misma se lo contó a su marido. María quedó encinta del encuentro, permaneció los nueve meses del embarazo en el propio palacio de Montpellier y allí mismo, el día 2 de febrero del año 1208, nació su hijo, es decir, el que la Historia conoce como Jaime I el Conquistador.


Con Jaime I se inició la casa de Barcelona al descender por línea paterna, de Ramón Berenguer IV. Tanto para el Reino de Argón, como par la reconquista cristiana de la península fue un personaje fundamental; pero su reinado no pudo comenzar peor. Pedro II, su padre, falleció a consecuencia de las heridas recibidas en la batalla de Muret en septiembre de 1213. Su madre también murió aquel mismo año. La regencia quedó en manos de su tío, el conde del Rosellón: Sancho Raimúndez. Después de muchas vicisitudes, el joven Jaime pudo acceder al trono en 1225. Fue entonces cuando pudo conseguir que los nobles del Reino le entregaran los recursos necesarios para afrontar la conquista del archipiélago Balear. También logró firmar documentos con Fernando III de Castilla y Luís XI de Francia para fijar las zonas de expansión de los respectivos reinos, poniéndose de eta manera fin a los conflictos de épocas anteriores entre los propios reyes cristianos.

   Jaime I se casó en tres ocasiones y no lo hizo con una cuarta, al no acceder el Papa a la anulación de su matrimonio. En 1221 celebró su primera boda; el monarca apenas contaba trece años de edad y su mujer doña Leonor, hija de Alfonso VIII de Castilla, diecinueve. Este matrimonio fue anulado por la Iglesia después de haber nacido su primer hijo que falleció en 1260, cuando ya había sido nombrado sucesor a la corona de Aragón. La disolución del primer vínculo matrimonial le permitió casarse con la princesa Violante, hija del rey Andrés II de Hungría, el día 8 de septiembre de 1235. Doña Violante tuvo diez hijos, de ellos cuatro varones, entre los cuales Pedro III el Grande que fue quien sucedió en el trono de Aragón a su padre Jaime I el Conquistador.
   Al fallecer Violante de Hungría, Jaime I se casó en secreto, con doña Teresa Gil de Vidaurre. De esta unión nacieron dos hijos. Posteriormente quiso que el Papa anulara el matrimonio al asegurar que doña Teresa había enfermado de lepra. A esta disolución nunca quiso acceder el Pontifice.
   En 1275, después de dos fallidos intentos de llegar a Tierra Santa y con más de sesenta años, acudió a sofocar una sublevación de los mudéjares valencianos, pero fue derrotado y ya no consiguió nunca recuperarse. En el mes de julio de 1276 falleció el Rey don Jaime I de Aragón que había logrado conquistar el Reino de Valencia.


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