En la actual provincia de Castellón, numerosas poblaciones de origen medieval conservan restos de sus castillos o construcciones religiosas originarias del siglo XIII. A pesar de su deterioro y lamentable estado de conservación, se pueden apreciar algunos elementos que tal como señala el profesor y cronista de la ciudad, don Antonio Gascó, en sus numerosos estudios sobre esta materia, los identifican como pertenecientes a una etapa tardía del estilo románico en el que se aprecian técnicas constructivas que ya eran propias de la arquitectura gótica. Las posteriores remodelaciones que se llevaron a cabo, fueron alterando la primitiva construcción de nuestros edificios medievales. A pesar de todo, contamos con numerosos vestigios de fortalezas militares, como las de Morella, Miravet, Vilafamés, Culla, Orpesa, Pulpis, Xivert, Bejis o Segorbe. También palacios como el del señor de Sot de Ferrer; pero sobre todo, algunos elementos del castillo de Peñíscola y así mismo, construcciones religiosas que conservan arcos semicirculares, el mejor ejemplo de ellos, quizás sea la puerta de la iglesia arciprestal de San Mateo.
Castillo del Papa Luna. Peñíscola
Algunas imágenes conservadas en Villahermosa, la de San Juan de Peñagolosa, la Virgen de la Naranja de Olocau del Rey o la de San Pau en Albocàsser, son ejemplos de esculturas de un románico tardío en el que ya se aprecian las corrientes góticas.
Puerta de los Apóstoles. Arciprestal de Morella
Las comarcas castellonenses disponen de numerosos ejemplos que son verdaderas joyas del gótico mediterráneo. La Iglesia Arciprestal de San Mateo puede ser considerada uno de los más hermosos. De la antigua iglesia Mayor de Castellón de la Plana, tan solo queda la puerta que recae a la plaza de la Hierba. Bellos ejemplos son el convento de San Francisco de Morella, la Catedral de Segorbe y sobre todo, la escalera, el coro y la puerta de los Apóstoles de la arciprestal de Morella, así como algunos elementos del Monasterio de Benifassà que constituyen nuestro más valioso gótico religioso.
En cuanto a las construcciones militares se puede apreciar una etapa, anterior al gótico e interesantes conjuntos en que uno y otro estilo dejaron muestras interesantes, como en el castillo de Peñíscola, el del barón de Herbés, el de Toga o el de Jérica.
También en la arquitectura civil disponemos de ejemplos notables del gótico castellonense. Edificios en Morella, San Mateo, Serra de Engacerán, Segorbe o Catí, trazados de poblaciones como Castellón de la Plana, Catí, San Mateo o Vila-real y por encima de todos ellos, las murallas de Morella, únicas en todo el territorio de la Comunidad Valenciana.
Se tienen noticias de imágenes góticas que por desgracia, no se han conservado hasta nuestros días. Sin embargo, todavía tenemos buenos ejemplos de escultura cuyo origen hay que situarlo alrededor del siglo XV, en Segorbe, Olocau, San Mateo, Morella, Adzaneta, Villafranca, Benlloch y Zorita.
La orfebrería castellonense de los siglos SIV y SV mereció la atención de artistas catalanes e incluso italianos. Los denominados argenters trabajaban la plata y otros metales nobles con los que realizaron joyas que actualmente se pueden contemplar en Peñíscola, San Mateo, Vila-real, Burriana y Traiguera. Sin embargo, Morella conserva las más hermosas obras de los orfebres locales de la familia Santalínea. Existen en nuestra provincia numerosos retablos góticos que se pueden admirar en las propias iglesias e incluso en los museos de Segorbe y Castellón de la Plana.
Plaza del Alumdín en Onda