martes, 1 de diciembre de 2015

CAPÍTULO XXV.- CASTELLÓN DURANTE EL PERIODO 1833–1868

La proclamación de Isabel II creó expectación en numerosos pueblos de la provincia. En la capital de la Plana se lanzaron monedas de plata, con la imagen de la Reina, desde el balcón central del Ayuntamiento. Después las cosas cambiaron y su reinado estuvo salpicado de tensión, inseguridad política, guerra civil y hambre. Las guerras carlistas, originadas por la sucesión al trono de España, volvieron a separar el país en dos bandos. En el caso de la provincia de Castellón, los carlistas encontraron en el Maestrazgo la comarca ideal para el tipo de lucha que les convenía para sus intereses. Pero los sucesos no se limitaron a los pueblos de la montaña, ya que en la comarca de la Plana también se vivieron momentos muy difíciles. Numerosas batallas se libraron en los alrededores y en el interior de algunas poblaciones. Una de los primeros pueblos que sufrieron sus consecuencias fue Onda. El 14 de junio del año 1833, llegaron a la población las tropas carlistas bajo el mando de Cabrera. conducían a doce prisioneros de Altura que fueron fusilados.
   En agosto de 1835 los crlistas ya se habían apoderado de Zucaina, Cabanes y Cuevas de Vinromá. El día seis de este mismo mes y año, quisieron hacerlo de Albocácer, pero la pequeña guarnición que protegía el pueblo se refugió en la iglesia y a pesar del incendio del templo, los defensores no se rindieron durante los días que duró el asedio. Al tercer día, cuando los carlistas iban a volar con pólvora los restos de la iglesia, tuvieron que abandonar el pueblo, al tener noticias de la llegada de una columna enemiga.
   Como consecuencia del proceso de desamortización, las monjas de Santa Clara dejaron su convento de la calle Mayor en la capital de la provincia a mediados de julio de 1836 y se trasladaron al convento de San Pascual en Vila-real. 
   San Mateo había sitiado por tropas de Cabrera durante el mes de mayo de 1837. Una vez en su interior, tomaron prisioneros y en la Cenia fueron bárbaramente asesinados a golpes de bayoneta y sablazos. 
   El 7 de julio de 1837 las tropas carlistas atacaron Castellón de la Plana y un día después llegaron a Burriana, tomaron una veintena de prisioneros que fueron trasladados a Cantavieja, donde permanecieron tres mees sometidos a trabajos forzosos. En octubre fueron fusilados junto con otros detenidos procedentes de Silla. En la capital de la Plana los hombres mujeres y niños consiguieron ahuyentar a quienes pretendían tomar la ciudad. Por el heroico comportamiento, el regente don Baldomero Espartero dispuso, en 1843, que en el escudo de la capital de la provincia figurara la inscripción: Triunfo de los enemigos de la libertad. Posteriormente, para conmemorar el hecho se levantó el obelisco cuya réplica se encuentra en la actualidad en el parque de Ribalta.
   Tropas de Cabrera pusieron sitio a Benicarló el 23 de febrero de 1838. La población fue sometida a un intenso bombardeo durante tres días, después fue saqueada y los numerosos rehenes apresados, fueron conducidos a Morella. La mayoría de ellos murieron en los calabozos. No fue el último suceso ocurrido en la capital dels Ports durante el año 1838 ya que debido a su castillo, codiciado por ambos bandos, fueron numerosos los ataques, bombardeos de la población, incendios, saqueos y todo cuanto supone una guerra civil, como aquella. Durante aquellos ataques más de tres mil personas perdieron su vida. Vencidos por el hambre y el enemigo, el 18 de agosto de 1838 las tropas tuvieron que retirare y el general Oráa fue suspendido de sus cargos. Pero no fue la única población castellonense que sufrió los ataques de Cabrera. En agosto de 1838 también en Vila-real fueron apresados el alcalde y el secretario del Ayuntamiento y poco después fueron fusilados. De regreso hacia la capital de la Plana, Cabrera acabó con la vida de una veintena de labradores de la ciudad.
   Las batallas continuaron durante aquellos años. Borriol, Useras, Lucena, Tales y Morella continuaron los ataques carlistas hasta que en 1840, tuvieron que abandonar nuestras tierras cruzando el Ebro en dirección a Francia. Cinco años después la Reina, su madre y la infanta María Luisa Fernanda visitaron Castellón de la  Plana. La comitiva se hospedó en las principales casas de la ciudad que por este motivo, fue engalanada y se organizaron actos en honor de los ilustres visitantes.
   Durante 1847 la máxima autoridad provincial era el ilustre literato don Ramón de Campoamor. Día importante para la provincia fue el 26 de diciembre de 1862, fecha en la que se inauguraron las instlaciones ferroviarias que enlazaba Valencia con Castellón de la Plana.   

miércoles, 25 de noviembre de 2015

CAPITULO XXIV.- CASTELLÓN EN TIEMPOS DE FERNANDO VII. EL MOVIMIENTO OBRERO. ISABEL II

Los vecinos de la capital deseaban el regreso del monarca Borbón. Por ese motivo se celebró de manera solemne la proclamación, como Rey de Fernando VII. En su honor se organizaron grandes festejos. El propio monarca visitó Castellón de la Plana el día 19 de noviembre de 1828. Se hospedó en el palacio del obispo y allí mismo se organizó una fiesta a la que fueron invitadas las familias más destacadas de la ciudad. El día siguiente continuó viaje,junto con su séquito, en dirección a Barcelona y pernoctó en Alcalá de Chivert.

   Durante aquellos tiempos la producción industrial cambió la vida en la mayor parte de los países que habían basado su economía en la agricultura, la ganadería, el comercio y la industria. Los procesos de modernización consiguieron transformar las costumbres y aumentaron los recursos de los pueblos agrícolas, pero al mismo tiempo, los obreros de las fábricas deseaban mejorar sus condiciones laborales. Inglaterra acabó reconociendo el derecho a la asociación de los trabajadores en 1825. Unos años después, tanto en la Gran Bretaña, como en el resto de Europa nacieron los sindicatos. A través de estas organizaciones, la clase obrera ya contaba con unos interlocutores para lograr sus aspiraciones salariales y sociales. 

   Cuando la infanta doña María Isabel Luisa todavía no había alcanzado los tres años de edad, falleció su padre el rey Fernando VII. En España se derogó la Ley Sálica, con la oposición del que hasta entonces era heredero al trono español, don Carlos María Isidro de Borbón y sus partidarios. Por este motivo se iniciaron las denominadas Guerras Carlistas. Durante la minoría de edad de la infanta Isabel, se hizo cargo de la regencia del país su madre María Cristina de Borbón-dos Sicilias hasta que en 1840, le sucedió en este cargo el general Espartero. A los trece años la infanta fue considerada mayor de edad y al cumplir los dieciséis contrajo matrimonio con su primo don Francisco de Asís, duque de Cádiz. 
   Durante el reinado de Isabel II se consolidó la corrupción en España. Las grandes obras de infraestructura y sobre todo las primeras líneas ferroviarias, sirvieron para enriquecerse a distintos personajes, algunos de ellos muy relacionados con la corte. La política exterior española tampoco se puede considerar como un modelo. Numerosos conflictos en África y en Sudamérica, un ejército mal equipado y alianzas poco rentables, para los intereses del país, sumieron a España en una situación política y económica insostenible. En 1868, después de la revolución conocida como la Gloriosa, se exilió a Francia y abdicó a favor de su hijo Alfonso. Murió en París el 9 de abril de 1904. Sus restos mortales fueron trasladados, en 1906, al Monasterio de El Escorial, donde reposan en la actualidad.


jueves, 19 de noviembre de 2015

INDEPENDENCIA DE LAS COLONIAS. FERNANDO VII. CONSTITUCIÓN DE 1812

Los países del nuevo continente descubierto por Cristóbal Colón, permanecieron durante tres siglos tutelados por otras naciones, pero cuando sus habitantes creyeron que ya habían alcanzado su mayoría de edad, comprobaron que pagaban los mismos impuestos que sus compatriotas residentes en Europa y exigieron los mismos derechos. Por otra parte, la semilla independentista que culminó con el nacimiento de loes Estados Unidos, germinó en el resto del continente americano. Los colonos creían estar preparados para poder gobernarse sin ayudas externas y en caso de necesitarlo, tenían más cerca de ellos a un poderoso aliado con la experiencia y recursos necesarios. Algunos militares del ejército español, funcionarios de la administración y miembros de la Iglesia, enm ocasiones descendientes de Europa y otras veces nacidos en los propios países americanos, se aliaron con las corrientes independentistas. Tupac Amaru en Perú, Miguel Hidalgo en México, Simón Bolívar en Venezuela, José Sucre en Bolivia, Bernardo O'Higgins en Chile y José San Martín en Argentina consiguieron la independencia en sus respectivos países, de tal manera que del Imperio Epaño de la etapa en que los destinos de nuestro país estuvieron en manos del hermano de Napoleón, a partir de 1823, solo siguieron perteneciendo a España: Cuba y Puerto Rico.
   Del matrimonio de Carlos IV y María Luisa de Parma, nacieron catorce hijos. Ocho de ellos fallecieron a edad temprana. El 23 de septiembre del año 1789 fue nombrado heredero al trono de España el infante Fernando, pero en realidad no pudo ocupar el trono hasta el 11 de febrero de 1813, cuando Napoleón, tras abandonar España su hermano José, lo reconoció como Rey, firmó el correspondiente documento y el deseado monarca recuperó todos sus bienes y posesiones que había perdido en 1808 aunque a cambio de ello se comprometió a expulsar de la nación a todos los británicos que residieran en nuestro país y así mismo, perdonar a los partidarios de José I. El reinado de Fernando VII no cumplió las expectativa que el pueblo había puesto en él. Las constantes crisis de sus gobiernos, los numerosos grupos de presión y distintos conflictos, situaron a España en diferentes ocasiones, al borde de la guerra civil. Por si algo faltaba, aunque se casó en cuatro ocasiones, solo tuvo dos hijas: Isabel y Luisa Fernanda. La heredera, Isabel, contaba al fallecer su padre en 1833, tres años de edad. Un nuevo conflicto civil estaba a punto de originarse: la Primera Guerra Carlista. 
   La primera Constitución española se promulgó el 19 de marzo de 1812 en Cádiz y se mantuvo, en un primer periodo, hasta el regreso de la monarquía. También permaneció vigente mientras se preparaba la nueva Carta Magna de 1837, entre 1836 y 1837. Aquella Constitución, por haber sido aprobada el día de San José, fue conocida como la Pepa. Contenía principios sociales muy avanzados y ambiciosos, lástima que se aprobara durante un periodo tan confuso y apenas pudo producir algún efecto en la sociedad española. 
   

domingo, 15 de noviembre de 2015

CAPITULO XXIII.- CASTELLÓN A COMIENZOS DEL SIGLO XIX. LA GUERRA DEL FRANCÉS

Durante el primer periodo del siglo XIX los castellonenses vivieron una larga etapa de luchas y sufrimientos. La presión de Bonaparte sobre los monarcas españoles, consiguió que los ciudadanos se dividieran en partidarios de uno u otro pretendiente al trono. Incluso algunos, conocidos como afrancesados, preferían a un familiar del corso para dirigir los destinos de España y trataron de que José Bonaparte se consolidara como Rey. Los afrancesados consiguieron, en un principio, permanecer en los puestos de mayor responsabilidad, pero no eran bien vistos por el resto de los vecinos. En muchos pueblos, durante la Guerra de la Independencia de España, se vivieron lamentables sucesos entre los partidarios de cada uno de los tres pretendientes al trono español. Durante aquellos triste años, al frente de la gobernación de Castellón se encontraba el coronel don Pedro Lobo. Había sido elegido para tan importante cargo al fallecer Bermúdez de Castro, uno de los más grandes políticos de cuantos han dirigido los destinos de estas tierras. Era complicado suceder a una persona tan querida, por el pueblo, como su antecesor. El coronel Lobo no consiguió nunca ganarse la confianza de los ciudadanos.
   Al iniciarse los conflictos entre partidarios del rey Fernando VII y los afrancesados, el gobernador Lobo fue acusado de traidor y a mediados de junio de 1808 fue acuchillado en el propio Ayuntamiento de la ciudad. Su cadáver fue trasladado al centro de la plaza Vieja. Como consecuencia del asesinato del gobernador Lobo, fueron apresados y juzgados cuarenta vecinos acusados de los sucesos. Después de ser condenados a muerte, en la plaza Vieja se plantó la horca y en cumplimiento de la sentencia, se ajustició a los culpables.
   Uno de los sucesos más tristes de toda la historia de Castellón se produjo el día 9 de marzo de 1810. En las inmediaciones del puente nuevo del Mijares murieron setenta y siete castellonenses por querer defender a sus pueblos, familias y propiedades.
   El día 21 de agosto de 1810 el mariscal Suchet al mando de veintidós mil hombres, llegó a Castellón de la Plana y tomó la decisión de destituir a sus autoridades para nombrar personas de su confianza. No solo fue en la capital donde se llevaron a cabo acciones de este tipo. También en la mayor parte de las poblaciones, los vecinos se enfrentaban contra quienes se habían distinguido como afrancesados. 
   Las tropas francesas iban tomando los distintos pueblos, sin ninguna oposición, puesto que los vecinos conocían sus movimientos y habían abandonado sus casas y propiedades para evitar las represalias de los soldados franceses. Algunas poblaciones como Morella, resistieron y fueron cercadas. El mariscal Suchet conseguía vencer, en todos los frentes, a las tropas fieles al Rey de España. Después de entrar el día 21 de agosto de 1810, las tropas de Suchet no se detuvieron en la ciudad. Se limitaron a cambiar a las autoridades y siguiendo órdenes del propio José Bonaparte, continuó camino hacia Valencia. Algunos sucesos siguieron conmocionando la vida en la capital de la Plana, 
   Durante aquellos años surgió la figura del Fraile. Así se llamaba un guerrillero que se llamaba Ascensio Nebot que había pertenecido a una orden religiosa en su monasterio de Nules. El Fraile logró vencer en numerosas emboscadas a Suchet y el día 5 de julio de 1813 José Bonaparte pasó por la capital de la Plana camino de Cataluña, perseguido por las tropas que continuaban siendo leales a Fernando VII. La ciudad quedó protegida por los hombres del Fraile que también pudieron sustituir a las personas que habían elegido los franceses para ocupar los más altos cargos públicos.
   

lunes, 9 de noviembre de 2015

CAPITULO XXII.- ESPAÑA Y NAPOLEÓN. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

Desde el reinado de Felipe V, se había establecido entre Francia y España una alianza con el objetivo de vencer, en el caso de que fuera necesario, al imperio británico. Siguiendo el consejo del primer ministro Godoy, Carlos IV y Napoleón Bonaparte firmaron distintos tratados para fortalecer los lazos de amistad y cooperación entre los dos países. El documento más importante de cuantos se firmaron fue el suscrito en Fontainebleau el 27 de octubre de 1807. Como consecuencia de estos acuerdos, la armada española ya tuvo que intervenir en la batalla de Trafalgar en 1805 y también en la guerra de las naranjas contra Portugal. En ambas ocasiones la monarquía española había dado síntomas de su debilidad, por lo que Napoleón consideró que la alianza con España ya no le era útil y se decidió a penetrar en la Península Ibérica. Las tropas francesas, formadas por más de sesenta mil soldados, ocuparon importantes ciudades del norte de nuestro país. La familia real se refugió en el palacio de Aranjuez, siguiendo las instrucciones de Godoy, como paso previo a embarcar hacia América y dejar España en manos de Napoleón.
La mayor parte del pueblo español y sobre todo los madrileños, estaban convencidos de que la familia Bonaparte quería consolidarse en España, por esta causa el 17 de marzo de 1808 un buen número de partidarios del Príncipe de Asturias asaltaron el palacio de Aranjuez, así como el de su primer ministro Manuel Godoy. Ante el temor de un linchamiento, Carlos IV abdicó en favor de su hijo que se convirtió, de esta manera, en Rey de España con el nombre de Fernando VII. A partir de aquel momento los españoles no sabían muy bien quién gobernaba en España. El propio Carlos IV y su hijo Fernando se iban alternando en el trono. Ambos tenían sus partidarios y detractores, aunque era mayor la popularidad del Príncipe de Asturias; pero el mes de mayo de 1808 ambos renunciaron al trono en favor de Napoleón. Estos documentos de renuncia se firmaron en Bayona y el hermano de Napoleón, José, se convirtió en José I Rey de España.
   José era un año mayor que su hermano. Había ya ocupado el trono de Nápoles en 1806 cuando subió al de España, después de las abdicaciones de Bayona. Sin embargo José bonaparte nunca tuvo el apoyo ni la confianza de todo el pueblo español y el pueblo de Madrid se levantó en armas contra el ejército francés el día dos de mayo de 1808, iniciándose la guerra de la Independencia.
   Los sucesos ocurridos en las proximidades de Madrid los días 2 y 3 de mayo de 1808 movilizaron a los españoles. Los enfrentamientos entre grupos de guerrilleros y las tropas de Napoleón se sucedieron en todo el país. La guerra era desigual. El ejército francés estaba muy bien preparado y contaba con excelentes generales, el español se encontraba en inferioridad y sin un líder político ni militar. Sangrientos combates se libraron en Valencia, Zaragoza y Murcia. Todo hacía pensar en una larga contienda. Sin embargo, el conocimiento del terreno y la tenacidad de los españoles, junto con distintos actos de heroísmo, hicieron posible que por primera vez, el ejército de Napoleón se rindiera en la batalla de Bailén. Esta derrota de los franceses supuso el exilio de numerosos afrancesados. Se calcula que más de diez mil familias, simpatizantes de Francia huyeron a la vecina nación. Sin embargo, los enfrentamientos entre el ejército francés y el español continuó. España contaba entonces con doce millones de habitantes y alrededor de cuatrocientas mil personas habían fallecido como consecuenca de los enfrentamientos tanto en el campo de batalla, como en las propias ciudades. 

viernes, 6 de noviembre de 2015

DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA AL IMPERIO NAPOLEÓNICO

A pesar de algunos conflictos sociales y otros de carácter bélico, de singular importancia, el siglo XIX puede calificarse de un periodo de enorme evolución y progreso. Las monarquías absolutas parecían tener los días contados en la mayor parte de los países del mundo. En Francia, las personas más humildes se consideraban explotadas por una nueva y poderosa clase social formada por ciudadanos que se dedicaban al comercio y a distintas actividades industriales. Esta lucha de clases, junto a los nuevos conceptos de libertad, fraternidad e igualdad, surgidos a partir de las ideas de Voltaire y Rouseau, junto con la exención de impuestos que gozaba la nobleza y el clero, provocaron el descontento de la población. Los ciudadanos estaban convencidos de que debían hacer frente al rey Luís XVI, con la misma decisión que lo habían hecho los estadounidenses para lograr su independencia.                                           El 14 de julio de 1789 los vecinos más humildes de París, sin más armas que sus herramientas, decidieron asaltar la Bastilla que era la cárcel de la capital Francesa, pero para el pueblo significaba mucho más. Representaba el poder absoluto del Rey. Después, la revuelta se extendió a toda Francia. Los trabajadores destruían los palacios de los nobles que en algunos casos, huyeron del país. Los revolucionarios se enfrentaron a la Iglesia y se apoderaron de sus bienes. A los clérigos se les obligó a pagar impuestos. 
   A través de la denominada asamblea nacional, el pueblo se había hecho con el poder. El Rey aceptaba su condición de figura decorativa. Mientras tanto, en el seno de los revolucionarios aparecieron deferentes líderes. Si bien el objetivo era redactar una Constitución, cada uno de los cabecillas era partidario de llegar a ella por cauces diferentes.  Ante la indecisión mostrada por algunos revolucionarios, una gran cantidad de mujeres decidieron presentarse en el palacio de Vesalles y obligaron al Rey y a toda su familia a trasladarse a las Tullerías.
El Rey no llegó a permanecer dos años en su nueva residencia, ya que el día 20 de junio de 1791 huyó de París. Todos los miembros de su familia fueron arrestados. Tras la aprobación de la nueva Constitución por la Asamblea Nacional, Luís XVI no tuvo más remedio que aceptar su condición de monarca constitucional. Sin embargo, en la práctica no siempre cumplió su compromiso y en ocasiones no acataba las leyes propuestas por la Asamblea, por lo que en 1792, trs unas elecciones, se acordó abolir la monarquía y fue proclamada la república. 
   Fueron momentos de gran tensión, la mayor parte de las cárceles del país fueron asaltadas y perdieron la vida gran número de prisioneros. A pesar de todo, la economía no mejoraba. Otras naciones europeas estaban dispuestas a enfrentarse a los revolucionarios. En el interior del país algunos manifestantes se alzaron contra la república. Maximilian Rovespierre, uno de los líderes del pueblo, pasó a convertirse en su principal enemigo y fue ejecutado. La Asamble Nacional fue disuelta pasando a ejercer el poder un directorio formado por cinco miembros que tomaron las grandes decisiones entre 1795 y 1799, a partir de este periodo y un nuevo golpe de Estado, se inició el Consulado

El 15 de agosto de 1769 nació en la capital de Córcega, un militar que ha sido considerado como uno de los mejores estrategas de la Historia. Cuando nació Napoleón, apenas hacía un año que  Francia  había  comprado  la  isla a  los genoveses, a             Maximilian  Robespierre
quienes pertenecía  entonces,  de ahí  que fuera  bautizado con el 
el nombre de Napoleone. Su carrera militar se inició en la propia Córcega. Durante 1793 el comandante Napoleón, junto con toda la familia Bonaparte, se trasladó a Francia. En 1794, cuando contaba veinticuatro años, alcanzó el grado de general y apenas dos años más tarde se asó con su primera esposa Josephine, una francesa de origen criollo nacida en la isla de Martinica. Sus grandes


victorias en Italia y Egipto le hicieron alcanzar una gran popularidad, tanto entre el pueblo, como en la tropa. Durante el periodo del Directorio fue nombrado cónsul, junto a otros dos compañeros, pero pronto demostró también su habilidad para la política y en 1802 se hizo nombrar cónsul vitalicio. Impulsó grandes cambios en todos los sectores de la administración francesa, creó el Banco de Francia, volvió a relacionarse con la Iglesia, amnistió a todos los presos políticos y reformó la legislación a través del denominado código de Napoleón. En 1804 él mismo se coronó emperador y con sus propios generales formó una fastuosa core. Al mismo tiempo, fue colocando a sus hermanos en los distintos tronos europeos. Al no tener descendencia con Josephine se divorció y eligió, como esposa, a la princesa María Luisa, hija del emperador austriaco Francisco I. El matrimonio se celebró en 1810, fruto de él nació su hijo Napoleón II.
   La otra meta de Napoleón era vencer a los ingleses, para ello sometió a las Islas Británicas a un bloqueo en 1807. Sin embargo, la guerra con España y la campaña de Rusia, con la que pretendía extender sus dominios hasta el resto del continente europeo, fueron aprovechadas por los británicos para vencerle en Waterllóo y confinarlo en la isla de Elba. En 1814, escapó de su encierro y regresó al continente para alcanzar nuevamente el poder durante cien días. fue hecho prisionero y conducido a Santa Elena, isla donde perdió su vida en 1821, según algunos historiadores a causa de una enfermedad y en opinión de otros, envenenado. 

martes, 3 de noviembre de 2015

FORMACIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS. GUERRA INGLATERA Y ESTADOS UNIDOS. LA CONQUISTA DEL OESTE

Durante los siglos XVII y XVIII muchos británicos cruzaron el Atlántico y en la costa norteamericana fundaron trece colonias. Por los mismos años, emigrantes de origen francés se instalaron más al norte, creándose así: Québec y la Luisiana. Muy pronto se produjeron problemas con la delimitación de las fronteras y comenzaron las primeras tensiones entre franceses e ingleses. Al no verse suficientemente respaldados por el ejército británico, los ciudadanos de aquellas trece colonias norteamericanas decidieron formar su propio ejército bajo el mando del ilustre militar George Washington que contaba con un gran prestigio, buena condición social y una gran preparación militar, puesto que había sido teniente coronel del ejército inglés con el que había luchado en la India. Con el paso de los años, las colonias comenzaron a exigir los mismos privilegios que tenían quienes habían permanecido en la nación europea de donde eran originarios y sobre todo, reivindicaban estar representados en el Parlamento de la nación. Al no ser atendidas sus pretensiones los colonos decidieron sublevare contra las autoridades de Boston. La armada inglesa respondió cerrando el puerto de la ciudad en 1773. La economía colonial se resintió y comenzó la revolución.
   Geroge Washington se puso al frente de un pequeño ejército, pero nada podía hacer contra el que habías sido su ejército. sin embargo, consiguió el apoyo de Francia y España, por lo que en 1783 a Inglaterra no le quedó más remedio que reconocer la independencia de las trece colonias.

   En honor de aquellas primeras colonias, en la bandera norteamericana figuran trece barras. Después de conseguir su independencia, debieron pasar algunos años hasta que en 1787 pudo ser redactada la Constitución del nuevo país y convocarse elecciones. George Washingotn fue elegido primer presidente de los Estados Unidos de Norteaméerica y se mantuvo en el cargo hasta 1797. 
   Los primeros tiempos de la nueva nación fueron muy complicados. Inglaterra presionó a los dirigentes de la nueva nación y por otra parte los nativos se enfrentaban a los nuevos colonos para impedir que se pudieran establecer en las tierras situada al oeste del país. En 1812 se inició la guerra entre tropas británicas y las de los Estados Unidos. Las primeras batallas finalizaron  con victorias del ejército inglés pero el 23 de marzo de 1815, los británicos se retiraron de todos los frentes.
   A partir de entonces numerosas caravanas comenzaron a internarse en las regiones del interior. Gente del este y emigrantes de otros países, deseaban alcanzar la costa oeste donde se hablaba de imporantes minas y tierras fértiles que podían ser ocupadas por quienes llegaban hasta ellas.


Entre la última década del siglo XVIII y gran parte del XIX se logró ocupar la mayor parte de las nuevas tierras en las que tan solo habían residido, hasta entonces, los antiguos pobladores americanos. Los nuevos ocupantes eran, en su mayoría, antiguos colonos que ya residían en tierras norteamericanas, pero también llegó gente procedente de Europa y otras partes del mundo, atraídos por las riquezas y y posibilidades que ofrecían las tierras de la costa del Pacífico.


  
  

domingo, 1 de noviembre de 2015

CAPÍTULO XXI.- CARLOS IV. MANUEL GODOY. LAS TIERRAS CASTELLONENSES EN TIEMPOS DE CARLOS IV.

El infante don Carlos había nacido en Nápoles el 4 de noviembre de 1740 y falleció en Roma el 20 de enero de 1819. Fue Rey de España entre diciembre de 1788 y marzo de 1808. Contrajo matrimonio con su prima María Luisa y del mismo nacieron catorce hijos. Como era habitual, durante aquellos años, confió las cuestiones de Estado a sus ministros. Una de las decisiones más importantes de su reinado fue la de nombrar a Francisco de Goya pintor de la corte. Gracias a los pinceles del genial artista aragonés han llegado hasta nuestros días, tanto las imágenes de los grandes sucesos que vivieron en España durante el reinado de Carlos IV, como distintas escenas de la vida social y cultural, de aquel periodo tan importante de nuestra Historial. 
   Manuel Godoy fue el personaje más importante en la corte de Carlos IV. Su influencia solo era comparable a la de la reina doña María Luisa de Borbón. Pasó en muy pocos años, de ser un oscuro hidalgo, a primer ministro del gobierno del Rey de España. Tomó, durante la mayor parte del reinado de CArlos IV, las mayores y más comprometidas decisiones. Su colaboración en la firma de un tratado de paz con los franceses le valió el título honorífico de Príncipe de la Paz, a pesar de ello, no todos los españoles eran partidarios suyos, mucho menos cuando los franceses en 1794, tomaron importantes ciudades del norte de nuestro país, aunque después del tratado que impulsó Godoy, Francia devolvió estas poblaciones y el primer ministro consiguió a recuperar una gran parte de su popularidad. 
   Godoy fue destituido en 1798 y dos años más tarde volvió a dirigir el gobierno de la nación. Eran años difíciles para España. Nuestra armada había sido derrotada en Trafalgar. Godoy aconsejó aliarse con Napoleón, pero el descontento de los españoles provocó la renuncia de Carlos IV al trono.
   Durante el reinado de Carlos IV se inició en España, el proceso conocido como Desamortización. La Santa Sede concedió el permiso necesario para expropiar los bienes de los jesuitas y de las diferentes órdenes religiosas. El Estado obtuvo, de esta forma, grandes ingresos al poder subastar fincas improductivas que pasaron a manos de particulares.  


Uno de los  hechos más importantes ocurridos en Castellón de la Plana y los pueblos de la comarca durante el reinado de Carlos IV, fue la inauguración de la nueva acequia que separaba las aguas de Almazora y la capital de la Plana. Al acto asistieron las autoridades y numerosos vecinos y se organizaron numerosos festejos para conmemorar el acontecimiento. 
   En abril de 1793 fueron embargados los bienes de los franceses que residían en España y así mismo, se dictaron normas para que todos los franceses residentes en cualquier pueblo de la nación fueran expulsados del país.  También los piratas continuaban llegando hasta nuestras costas, buen ejemplo de ello fue la llegada a la playa de Castellón de la Plana el último día de abril de 1800, de una nave de corsarios ingleses. Hubo un intenso tiroteo entre pescadores locales y los navegantes británicos. Los cañones de la torre del Grao dispararon sobre el buque inglés. En el combate también intervinieron lanchas desplazadas desde Burriana. A pesar de ello los piratas lograron desembarcar en la playa de Benicasim, pero fueron detenidos e  internados en la cárcel de Castellón de la Plana.
   A pesar de los sucesos ocurridos en Madrid durante los días 2 y 3 de mayo de 1808, los castellonenses se ilusionaron con la llegada a la ciudad, la tarde del 23 de noviembre de 1802, con la llegada del rey Carlos IV, junto con su esposa doña María Luisa, los prícipes de Asturias, don Manuel Godoy un númeroso séquito. Los Reyes pernoctaron en  el  palacio episcopal que el obispo 
                                

de Tortosa don Antonio Salinas se había construido en la capital de la Plana. El resto de los ilustres visitantes se acomodaron en los domicilios de distinguidos castelloneses. Al día siguiente, con la misma expectación que a su llegada, siguieron viaje en dirección a Sagunto, siendo despedidos por las autoridades locales, al frente de las cuales estaba el gobernador don Antonio Bermúdez de Castro considerado por muchos, como el mejor político de cuantos han dirigido los destinos de la gobernación de Castellón. Este ilustre personaje estuvo al frente de la gobernación de Castellón durante dieciséis años y falleció la noche del 23 ede mayo de 1897. Los vecinos asistieron a su entierro en gran número.

jueves, 29 de octubre de 2015

CAPITULO XX.- CARLOS III. LA CERÁMICA DE ALCORA. LA PLANA Y EL REINADO DE CARLOS III

El tercer hijo de Felipe V subió al trono cuando falleció sin descendientes, su hermano el rey Fernando VI, el 10 de agosto del año 1759. Su madre: doña Isabel de Farnesio, tuvo una gran influencia sobre el nuevo Rey que con anterioridad, ya había heredado los reinos de Nápoles y Sicilia. A los veintiún años, el infante don Carlos contrajo matrimonio con doña María Amalia de Sajonia. 
   Los españoles acogieron con gran esperanza la llegada al trono del nuevo Rey, ya que en España se tenía conocimiento de la interesante labor cultural que había hecho el monarca español durante su reinado en Nápoles y Sicilia. Todos los súbditos confiaban en su gestión al frente del Estado, al suponer que contaba con la experiencia necesaria, sobre todo cuando tuvo que gestionar el desastre que se originó tras la erupción del volcán Vesubio, al quedar enterradas varias poblaciones y el rey napolitano mandó iniciar las excavaciones en la ciudad de Pompeya.
   En su etapa española se interesó, de manera prioritaria, por la cultura, el arte y otras cuestiones de tipo social, mientras que las decisiones concernientes a la hacienda pública, la guerra y las grandes infraestructuras de la nación, las dejó en manos de sus ministros, entre los que destacaron: Esquilache, Floridablanca y el Conde de Aranda. El primero de ellos se hizo famoso por el motín que provocó una de sus decisiones.


   Al originarse frecuentes altercados en las ciudades, algunas personas influyentes opinaban que la proliferación de la capa española y los amplios sombreros, permitían esconderse a los malhechores. Esquilache prohibió el uso de estas vestimentas y obligó, mediante una ordenanza, a que fuera utilizada la capa corta y el sombrero de tres picos. Esta orden originó un gran descontento entre los vecinos de las grandes ciudades. El primer ministro,después de ésta y alguna otra polémica decisión, fue sustituido por el Conde de Aranda. 
   En la capital de la nación, durante el reinado de Carlos III, se construyeron grandes edificios, numerosas infraestructuras e importantes monumentos. Madrid se convirtió en una de las ciudades más hermosas de Europa. La puerta de Alcalá, las fuentes de Cibeles y Neptuno, el hospital de San Carlos, actual museo Reino Sofía y el museo del Prado, son buenos ejemplos de ello. También impulsó una nueva red de caminos reales que partiendo de la Puerta del Sol de Madrid llegaban hasta las grandes ciudades de la nación. Aquel trazado radial dio lugar, con el paso del tiempo, a las actuales carreteras nacionales. 
   Algunas de sus decisiones han permanecido hasta nuestros días, como la Lotería Nacional. No menos trascendente fue la fundación de las Escuelas de Artes y Oficios que tan importante labor docente han desarrollado en nuestro país.
   Durante el reinado de Carlos III, España entró en guerra con Inglaterra por un conflicto originado en Honduras. Después de siete años, con la paz de París de 1756, españoles e ingleses llegaron a un pacto. España recuperó la Habana y Manila y los británicos se quedaron con la Florida.
   De su matrimonio con doña María Amalia de Sajonia nacieron trece hijos, aunque solo siete de ellos lograron sobrevivir. El tercero y primer varón: el infante don Felipe, era deficiente mental, por lo que le sucedió el cuarto que subió al trono con el nombre de Carlos IV.
   
Don Buenaventura Pedro de Alcántara, noveno conde de Aranda, disponía en esta localidad castellonense de unos terrenos en los que habían arcillas de gran calidad. Alcora gozaba de una gran tradición alfarera. Por este motivo, el conde instaló, el año 1727 en su finca, una fábrica para producir productos de gran belleza. Hasta la población del Alcalatén llegaron grandes artistas y ceramistas europeos que lograron piezas de gran belleza, durante el periodo en que don Buenaventura dirigió la fábrica. Bajo la dirección del décimo conde de Aranda, es decir: el presidente del Consejo de Castilla, don Pedro Pablo quiso fabricar porcelana y hasta Alcora llegaron los mejores técnicos y artistas de la época, pero nunca consiguieron producir porcelana, aunque sí muy bellas piezas de loza que se comercializaron hasta que la fábrica pasó a manos de la familia Hijar que intentó fabricar sus artículos industrialmente, con lo que la producción entró en decadencia.

En respuesta a una petición real, la Corporación municipal de la capital de la Plana acordó, en febrero de 1770, construir un cuartel para la tropa. El vecindario contribuyó con sus donativos a su construcción ya que se tenía la esperanza de que la llegada del ejército impediría las invasiones de piratas en los pueblos del litoral, como era tan habitual durante aquellos años. En 1776 surgieron conflictos entre labradores de Almazora y Castellón de la Plana por el agua del Mijares. Intervinieron ciudadanos ilustres que acordaron construir una nueva acequia para separar las aguas correspondientes a cada una de las poblaciones.
   Uno de los hechos más importantes para la capital de la Plana se produjo durante aquellos años al fundarse una escuela para niñas. El colegio era gratuito y estaba situado en la propia vivienda de su fundadora: doña Isabel Ferrer, cuando inició su actividad en 1778. 


lunes, 26 de octubre de 2015

CAPÍTULO XIX.- FERNANDO VI. PRISIÓN GENERAL DE GITANOS. CASTELLÓN EN TIEMPOS DE FERNANDO VI

El cuarto hijo de Felipe V y María Luisa de Saboya, nació el 23 de septiembre de 1713 y se casó con doña Bárbara de Braganza en 1729. En 1749 accedió al trono español y falleció el 10 de agosto de 1759. De su único matrimonio no tuvo descendientes, por lo que le sucedió su hermano Carlos, hijo del rey Felipe V y su segunda esposa Isabel de Farnesio. La prematura muerte de su mujer en 1758, le trastornó la mente de tal manera que apenas pudo sobrevivirle durante un años. Durante su reinado, el gobierno de la nación estuvo en manos de José de Carvajal y sobre todo del Marqués de la ensenada. A pesar de que el marqués tomó importantes decisiones, como la fundación de la academia de Bellas Artes de San Fernando, se le recordará siempre como el impulsor de la Prisión General de los gitanos.
   El 30 de agosto de 1749 fueron detenidos alrededor de diez mil gitanos en España. A los varones mayores de siete años se les obligó a realizar trabajos forzosos, mientras que las mujeres y los niños fueron encarcelados. Hasta 1749 estuvieron vigentes la leyes que pretendían terminar con todos los gitanos de la nación. Siguieron las detenciones y todos sus bienes fueron confiscados. Esta acción finalizó en 1763.

   Durante la etapa comprendida entre 1749 y 1759, los castelloneneses que casi siempre vivieron en guerra, tuvieron un periodo de relativa tranquilidad, aunque como es natural, al igual que en cualquier otra etapa de la Historia, también ocurrieron sucesos importantes.
   En aquellos tiempos eran frecuente la organización de bailes en los que se utilizaban antifaces o máscaras. Ocurrieron algunos problemas que se atribuyeron a llevar la cara tapada, por lo que, en febrero de 1748, el Rey ante los festejos de carnaval, prohibió bajo la amenaza de importantes sanciones, el uso de máscaras y cualquier otra prenda que pudiera ocultar total o parcialmente, los rostros de quienes las utilizaban. 
   Vila-real había experimentado un gran aumento de población. Se estaba construyendo la Iglesia Mayor y se celebraban grandes y solemnes festejos para honrar a sus patronos. El día 2 de agosto de 1750, se organizó una gran corrida de toros en la población, frente al convento de San Pasual en honor del Santo.

interior de la arciprestal de Vila-real

martes, 20 de octubre de 2015

CAPÍTULO XVIII.- NUESTRAS TIERRAS EN TIEMPOS DE FELIPE V

La gente de nuestras comarcas durante la Guerra de Sucesión, se inclinaron por alguno de los dos aspirantes a la corona española. Los vecinos de Castellón de la Plana se decidieron por Felipe de Borbón, mientras que en la mayor parte del Maestrazgo se decantaron por el archiduque Carlos. En estos últimos pueblos se concentraron las tropas inglesas del general Jones tratando de que se consiguiera el objetivo de colocar al archiduque en el trono de España, mientras que un buen número de soldados franceses ayudaban a los partidarios del candidato de la Casa de Borbón. Los conflictos eran continuos entre ambos bandos. A pesar de ello, el periodo comprendido entre 1700 y 1745, fue de prosperidad. Muy importantes fueron las obras que se terminaron en Castellón de la Plana durante este tiempo: nuevo edificio municipal, ermitorio de la Virgen del Lidón y la torre-campanario, cuyas obras finalizaron el 3 de septiembre de 1735, fecha en la que colocó una bola de remate que contenía distitintas reliquias de santos, con el fin de preservar de las tempestades a los vecinos de la ciudad.
    A principios de 1705, permaneció sitiado San Mateo por las tropas del pretendiente Borbón. En su interior se encontraba una división del ejército inglés. Cuando llegaron refuerzos a las tropas sitiadas, 
el ejército real abandonó el asedio. Durante algunos meses, los soldados ingleses que estaban en SAn Mateo, entraron en combate con las tropas del Rey. En la Vallivana se disputó una terrible batalla entre ambos ejércitos el día 21 de diciembre de aquel año.
   En agosto de 1706 las tropas fieles al archiduque Carlos se apoderaron de Morella. Con anterioridad,  en  distintas  ocasiones  habían  sido  acosadas  por el ejército de don Felipe e incluso  a
través de guerrillas organizadas por los propios vecinos de la población. El día 26 de noviembre del mismo año, después de un mes de sitio, el ejército real pudo entrar en la ciudad vitoreado por los morellanos. Sin embargo, durante los últimos meses del año 1719, las tropas del archiduque Carlos pusieron sitio al pueblo y después de someterlo a numerosos bombardeos, distintos combates y algunos asaltos, lograron tomar la ciudad el 15 de diciembre.
   El 25 de abril de 1707, se libró una de las batallas más importantes de la Guerra de Sucesión. No fue una batalla decisiva para la guerra, pero sí para los valencianos. Al vencer las tropas de Felipe V en Almansa, el Reino de Valencia pasó a manos de los borbones. Algunos franceses que habían luchado en Almansa, entraron en Castellón de la Plana. El duque de Berwick, que mandaba las tropas, exigió una fuerte cantidad de dinero al consistorio y ordenó derribar las murallas.
   Lo de Almansa fue una desgracia para todo el Reino. Los perdedores fueron sometidos, sus fueros, privilegios y exenciones, se derogaron y no tuvieron mañas remedio que aceptar las leyes del Reino de Castilla. El primer Ayuntamiento de Castellón de la Plana regido por las normas castellanas, se constituyó en febrero del año 1708.
   El antiguo Palau  de la calle Zapateros era  insuficiente para las necesidades del municipio; además
estaba en un lamentable estado de conservación. Por estos motivos, en 1689 se iniciaron las obras del actual Ayuntamiento de la plaza Mayor. La primera piedra del nuevo edificio municipal se colocó el 30 de septiembre de 1688 en el lugar donde con anterioridad existía un antiguo mesón.
   Después de numerosas paralizaciones, como consecuencia de la guerra, el segundo día del mes de febrero de 1716, los miembros del consistorio pudieron tomar posesión del nuevo edificio. Al coincidir con la festividad de San Blas, se proclamó patrono menor de la ciudad  a este santo y se celebraron actos tanto en el propio Ayuntamiento, como en la iglesia Mayor.
   Acabadas las obras del ermitorio de Nuestra Señora del Lidón se bendijo el templo el día primero de septiembre de 1731, con tal motivo se organizaron festejos y la imagen de la Virgen fue trasladada desde la ciudad al nuevo templo, en solemne procesión. 
   A finales de 1738 se terminaron las obras de la iglesia de la Sangre. El Santo Sepulcro fue trasladado, desde la capilla de las monjas capuchinas, donde se encontraba de manera provisional, hasta su emplazamiento definitivo en el nuevo templo, el segundo día de navidad del mismo año.


domingo, 18 de octubre de 2015

EL SIGLO XVIII. LA ILUSTRACIÓN. GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA. FELIPE V

Con el siglo XVIII surgieron en algunas partes del mundo, una serie de teorías y movimientos sociales que permitían anunciar el inminente comienzo de un nuevo periodo de la Historia. Con la Ilustración parecían derrumbare los cimientos del modelo medieval del feudalismo que había sobrevivido en distintos puntos del mundo y en diferentes aspectos, durante los tiempos modernos. Algunos historiadores comenzaron a referirse a esta nueva etapa, como la Edad Contemporánea. 
   El proceso de industrialización por el que apostaron algunos países se convirtió en una verdadera revolución que modificó las bases sobre las que se apoyaba la economía y, así mismo, las estructuras sociales. A pesar de ello, continuaron algunos problemas que debieron ser resueltos con las armas. 

Al morir sin hijos el último de los reyes de la dinastía de los Habsburgo que se instauró en España en 1506, se originó un problema de sucesión. Carlos II decidió que debía ser Felipe de Anjou, nieto de Luís XIV de Francia quien ocupara el trono español Sin embargo, doña Mariana prefería a su sobrino el archiduque Carlos de Austria, hijo del emperador Leopoldo I. Como era de esperar, los países enemigos del decadente Imperio Español se alinearon con uno u otro candidato, igual que hicieron los ciudadanos en cada una de las poblaciones españolas. De esta forma, nuestro país se vio envuelto, entre 1700 y 1714 en una guerra civil cuyas consecuencias fueron terribles. En ella venció el archiduque Carlos, pero al heredar el trono austriaco, renunció a la corona española y después de una serie de tratados, Felipe de Anjou se convirtió en Felipe V Rey de España.  
   Durante la práctica totalidad de su vida, el primer rey Borbón español estuvo aquejado de fuertes depresiones. Esta enfermedad era desconocida en aquella época. A pesar de ello, no le impidió convertirse en el monarca que mayor tiempo permaneció en el trono de nuestro país. Sin embargo, condicionó el gobierno de la nación.
   Este príncipe había nacido en Versalles el 19 de diciembre de 1683. Era el segundo hijo del heredero al trono de Francia. En la corte francesa recibió conocimientos y gustos por la cultura y el arte que le acompañaron durante todo su reinado. De esta forma, durante su época se construyeron grandes palacios, como el de la Granja de San Idelfonso, situado en la provincia de Segovia y el palacio Real de Madrid a donde se trasladó la corte. Contrajo matrimonio en dos ocasiones. Con su primera esposa, María Luisa de Baviera tuvo cuatro hijos, entre ellos el que le sucedería con el nombre de Fernando VI. Al fallecer doña María Luísa, contrajo matrimonio con Isabel de Farnesio y de ella nacieron siete nuevos descendientes. En 1724 tomó la decisión de abdicar durante siete meses, en su hijo Luís quien dejó el gobierno en manos de sus ministros y de la segunda esposa de su padre. Acabado este periodo, subió al trono de manera definitiva su hijo Fernando que se convirtió en Fernando VI de España.
Felipe V

jueves, 15 de octubre de 2015

CAPÍTULO XVI.- CARLOS II EL HECHIZADO. LAS COMARCAS CASTELLONENSES A FINALES DEL S. XVII

Al fallecer Felipe IV fue nombrado sucesor a la corona española el príncipe Carlos que tenía cuatro años de edad, pero era el único hijo legítimo varón que le sobrevivió y el último de los que tuvo con Mariana de Austria quien ejerció la regencia, hasta que en 1675, su hijo fue considerado mayor de edad y pudo subir al trono. El gobierno de doña Mariana fue muy complicado puesto que a pesar de contar con una Junta de Regencia, confiaba más en su confesor, el jesuita de origen austriaco Nithard, personaje que nunca fue aceptado por el pueblo. durante algunos años la regente tuvo que soportar, al mismo tiempo, la oposición de don Juan José de Austria, hermanastro del futuro rey Carlos y el descontento de los súbditos, por todo lo cual, doña Mariana se recluyó en el Alcázar de Toledo. Cuando subió al trono era un joven introvertido, de piel blanquecina, poco dotado físicamente y apariencia enfermiza. Nunca se sintió capacitado para desempeñar sus funciones, por lo que dejó las cuestiones de Estado y del gobierno de la nación, en manos de sus validos. Contrajo matrimonio a los dieciocho años, con María Luisa de Orleáns, sobrina de Luís XIV de Francia. Esta primera esposa de Carlos II falleció en 1689. Al no contar con herederos, se casó en segundas nupcias con Mariana de Neoburgo.
   Carlos II es conocido como el Hechizado a causa de que el pueblo creía, por su apariencia física y enfermiza, que había sido embrujado. Falleció en Madrid el primer día de noviembre de 1700 a los treinta y ocho de edad. Sus restos reposan en la Cripta del Real Monasterio de El Escorial.

   Durante el reinado de Carlos el Hechizado, en concreto el 14 de febrero de 1673 fue trasladada la imagen de la Virgen de la Vallivana desde su ermitorio hasta la capital de els Ports donde una epidemia estaba causando millares de víctimas. Poco después  de este hecho, desapareció el mal y las autoridades locales, en muestra de agradecimiento acordaron celebrar cada seis años, una novena. Desde entonces se celebran en Morella fiestas cada seis años.

   En Castellón de la Plana se celebraron grandes fiestas para conmemorar la finalización de las obras de la capilla de la Comunión en su Iglesia Mayor, bendecida el 14 de agosto de 1670. Durante ocho días se organizaron festejos patrocinados por los distintos organismos públicos, gremios y agrupaciones de la ciudad. Además de solemnes funciones religiosas, se programaron los acostumbrados fuegos artificiales y extraordinarios festejos taurinos. Sin embargo, el acto que más llamó la atención fue el denominado "Estafermo". Se trataba de una especie de torneo en el que los competidores, montados sobre caballos y portando una lanza, debían hacer girar a un maniquí provisto de una armadura y sacos de arena, al mismo tiempo que evitaban los golpes. Para realizar aquella exhibición se montaron tribunas en la calle Mayor, frente al convento de Santa Clara.
  El día 22 de abril de 1682 se puso la primera piedra del campanario de Vila–real. Las obras finalizaron en 1744. En la misma ciudad se celebraron festejos para conmemorar que el papa Alejandro VIII había canonizado a San Pascual Bailón, el 16 de octubre de 1691.
   Durante un par de años, los vecinos de algunos pueblos de la Plana, habían sufrido una terrible peste que amenazaba terminar con la mayor parte de sus habitantes. En Castellón de la Plana se hicieron rogativas a San Cristóbal. Como quiera que a partir del día 10 de julio de 1698, cesaron de manera milagrosa las fiebres a los afectados y después ya no enfermó ningún otro vecino, se organizaron fiestas en honor del Santo y se acordó solicitar al Papa el nombramiento de San Cristóbal, como patrón de la ciudad.
   Cuando finalizaba el siglo XVII en las tierras castellonenses, comenzaron gran número de construcciones religiosas. Los pueblos más importantes se sumaron a la moda barroca y los campanarios, ermitas, iglesias y retablos competían en conseguir los mejores resultados. Sin embargo la obra de arte más importante de esta época fue el Cristo Yacente o Santo Sepulcro de la cofradía de la Sangre de Castellón de la Plana. Es una pieza excepcional atribuida al imaginero valenciano Juan Muñoz, con claras influencias de los más grandes escultores de la época.  No menos valiosa es la imagen de la Dolorosa que permanece en la iglesia de la Sangre de la capital de la provincia de Castellón y el San Francisco policromado de la iglesia de las monjas capuchinas.
   

   La pintura valenciana, durante el siglo XVII, estuvo influenciada por el tenebrismo, o lo que es ibual, por el pintor Ribera. Durante cerca de dos siglos se creyó que el pintor Francisco de Ribalta había nacido en la calle Enmedio de la capital de la Plana, sin embargo, estudios posteriores demostraron que era natural de Solsona, aunque residió en Valencia y fue tal su repercusión en la pintura valenciana que se le atribuyeron numerosos cuadros que no salieron de su taller ni pinceles.


lunes, 12 de octubre de 2015

XVI FELIPE IV. FELIPE IV Y CASTELLÓN. EL SIGLO DE ORO

Al fallecer Felipe III a causa de unas fiebres, en 1621, le sucedió su primer hijo varón que era el tercero de los ocho que tuvo con su prima Margarita, archiduquesa de Austria: Felipe IV. Subió al trono de España el 31 de marzo de 1621. Su reinado superó los cuarenta y cuatro años. En una primera etapa dejó los asuntos de Estado en manos del conde duque de Olivares, mientras que durante los últimos años se ocupó de manera personal, con la ayuda de alguno de sus ministros. 
   En la etapa del conde duque de Olivares, se intentó acabar con la corrupción que se había instalado en la corte e intentó legislar para sanear la economía y reformar las costumbres de los españoles. Esta etapa fue un completo desastre tanto en el interior del país, como en el exterior. Al terminar la guerra de los Doce Años los conflictos continuaron en Flandes y tanto Francia, como Inglaterra, vieron en Holanda un buen aliado para combatir los intereses españoles, con lo cual, el ejército español se vio inmerso en una guerra simultánea con los tres países. La necesidad de contar con recursos suficientes para hacer frente a los conflictos, le llevó a ejercer una gran presión fiscal con el consiguiente descontento de los súbditos. Esta medida, junto con algunos problemas en Cataluña y Aragón, decidió al Rey a desterrar al conde duque y dirigir, de manera personal el gobierno de la nación.
   Tampoco fue demasiado afortunada esta última etapa, como no lo fue el propio monarca en el plano personal. De su primer matrimonio con Isabel de Borbón, hija del Rey de Francia Enrique IV, nacieron siete hijos, de ellos, el único varón fue el príncipe Baltasar Carlos. Del segundo matrimonio con Mariana de Austria hija del emperador Fernando II nacieron cinco hijos, el último de los cuales, el príncipe Carlos, le sucedió en el trono con el nombre de Carlos II. 
   Felipe IV es conocido por algunos historiadores, como el Grande y por otros como el Rey Planeta, falleció el día 17 de septiembre de 1665 a la edad de sesenta años. Sus restos reposan en el Escorial.
   
   El mismo día que falleció su padre, Felipe IV envió una carta personal a los jurados de Castellón, participándoles el suceso y rogándoles que organizaran las honras fúnebres acostumbradas. En el mismo documento les comunicó que el marqués de Javara, continuaría al frente del Reino de Valencia.
   La política del monarca, al igual que la del conde duque de Olivares, nunca fue del agrado de nuestros antepasados. Entre otras cuestiones, la inseguridad era notable. Además de los fuertes impuestos, la corrupción, el desorden era tan grande que los bandoleros se hicieron con el poder en muchos pueblos. A pesar de que a los malhechores se les imponían severas condenas, no se conseguía terminar con ellos, por lo que las puertas de entrada a las poblaciones tenían que estar siempre vigiladas, con el consiguiente gasto que ello producía; pero a pear de todo, sucedían cosas increíbles, como la del día 3 de noviembre del año 1649, cuando tropas francesas habían rodearon San Mateo y desde allí se dirigieron a Cálig para saquearlo y tomar la población. 
   
   Durante el largo reinado de Felipe IV, España no vivió los mejores momentos de su Historia; sin embargo, se le debe reconocer un enorme interés por la cultura y el arte. En el Museo del Prado de Madrid se pueden admirar gran parte de sus obras de arte. La compra de cuadros y el mecenazgo que ofreció al pintor sevillano Diego de Velázquez le permitió reunir una de las mejores colecciones de pintura de todos los tiempos.

La Rendición de Breda. Óleo de Diego Velázquez

   Durante el periodo comprendido entre 1515 y 1700, en España surgieron grandes pintores, como el propio Velázquez o El Greco y literatos ilustres: Miguel de Cervantes, Garcilaso de la Vega, Góngora, Lope de Vega, Calderón de la Barca y Quevedo. Nuestro siglo de Oro ha sido considerado en numerosas ocasiones como el verdadero Renacimiento Español. 
  

viernes, 9 de octubre de 2015

XV LOS TIEMPOS DE FELIPE III EN CASTELLÓN DE LA PLANA Y SU PROVINCIA

Las corrientes artísticas que nacieron en Italia y se extendieron por gran parte del continente europeo, no consiguieron imponerse, de manera clara, en nuestras comarcas. Durante la etapa final de la reconquista y la del reinado de los primeros monarcas de la casa de Austria, las construcciones que se iban llevando a cabo en la actual provincia de Castellón, continuaron las tendencias anteriores.
   Parecía que el Renacimiento no hubiese sido aceptado en Castellón, sin embargo, no ocurrió lo mismo con el barroco por cuanto logró imponerse con bastante rapidez y antiguos templos fueron remodelados exterior e interiormente para incorporarse a las nuevas técnicas y corrientes estéticas barrocas.
    Sin duda, el comienzo de las obras del campanario de Castellón de la Plana, constituyeron un hito importante en la historia de la ciudad.  En 1591 comenzaron las obras de esta construcción de planta octogonal que tiene la particularidad de no estar adosada a la iglesia. Por otra parte, su propiedad es municipal. En cuanto a su estilo, puede considerarse el que corresponde a un renacimiento tardío.
   El día 28 de marzo de 1599 arribó al puerto de Vinaroz una escuadra formada por cuarenta y una galera. Al frente de la misma, estaba el príncipe Juan Andrea Doria y en uno de los navíos viajaba la princesa doña Margarita de Austria que llegaba para contraer matrimonio con el Rey.
   Al igual que la mayor parte de los reyes de España, también Felipe III visitó nuestras tierras. Fue el día 28 de agosto de 1599, cuando llegó a Segorbe. el monarca había iniciado el viaje en Valencia, donde se había casado, unos días antes y se dirigía a Zaragoza.
    Durante la primavera de 1604 circuló por Vila-real la noticia de que los franciscanos se habían llevado a Valencia la cabeza de San Pascual. A causa de estos rumores, numerosos vecinos asaltaron las dependencias del convento durante la noche del día dieciséis al diecisiete de abril. Una vez en el interior, amenazaron con dar muerte a los frailes si se confirmaba el hecho. A requerimiento de los asaltantes, los religiosos abrieron el arcón que guardaba el cuerpo del Santo. Al comprobar que estaba completo, los vecinos abandonaron aquellas dependencias, pero dejaron una guardia compuesta por veinticinco hombres para su custodia. El día siguiente, el arcón con el cuerpo de San Pascual fue llevado a la iglesia Mayor de la población. Unos meses más tarde volvió a depositarse el cuerpo del Santo en el convento y a quienes habían intervenido la noche del día 16 de abril, se les sancionó con 2600 ducados.
   Siguiendo las instrucciones del obispo de Tortosa, los bienes de las mezquitas donde practicaban su religión los musulmanes, antes de convertirse al cristianismo, fueron llevados a las iglesias parroquiales de los distintos pueblos. Además de las poblaciones de la comarca de la Vall d'Uixó, la orden se cumplió en Fanzara, Alcudia, Eslida, Ahín, Veo y Benitandus.
   A los moriscos se les prohibió vender cualquiera de sus propiedades. Se publicó una relación de los artículos que no se podían enajenar y se les advirtió que en caso contrario, sería invalidada la operación. Sus propiedades se adjudicaron a distintos nobles, como el marqués de Guadalest, que era el señor de Bechí, al duque de Segorbe y al marqués de Quirra, como señor de Nules. Con posterioridad,los nuevos propietarios otorgaron cartas para poblar las tierras que se les habían entregado, pero los cristianos debieron pagar importantes cantidades.   
   En septiembre de 1609 fue decretada la expulsión de los moriscos de todo el Reino de Valencia. En las playas de Vinaroz y Moncófar embarcaron quienes tenían que regresar al continente africano. 


   Al igual que en otras comarcas de Valencia y Aragón, en nuestras zonas costeras, la expulsión de los moriscos produjo graves consecuencias para la agricultura. La mayor parte de las tierras quedaron yermas. Los cultivos tradicionales del arroz y la caña de azúcar, tuvieron que ser sustituidas por otros con los que se conseguía una menor rentabilidad. Por otra parte, los médicos ponían en conocimiento de los gobernantes la insalubridad de los humedales y las enfermedades que producía el arroz. Las autoridades alertaban a los agricultores y se les prohibió este cultivo, pero a pesar de todo, no se ponían los medios necesarios para terminar con los arrozales.

   Los cristianos aprovecharon la expulsión de los judíos para acatar las órdenes de los gobernantes y comenzaron de esta manera, otros cultivos más salubres, como la morera y la vid. En un principio la expulsión fue bien acogida por la mayor parte de la población, pero pronto se pudo comprobar que sus consecuencias no eran positivas ya que se había perdido la mano de obra necesaria para producir riqueza y, sin embargo, se incrementó la llegada de piratas procedentes del norte de África. Los afectados por los saqueos culpaban de ello a la decisión tomada por el duque de Lerma, por lo que su destitución en 1618, fue bien recibida en nuestras comarcas.

martes, 6 de octubre de 2015

DECADENCIA DE LOS AUSTRIA. FELIPE III

Cuando finalizaba el siglo XVI, España vivía un periodo decadente que continuó durante la mayor parte del XVII. La inmensidad del imperio, las continuas guerras, el descontrol de las riquezas que llegaban de ultramar, distintos problemas con Cataluña, la independencia de Portugal y, sobre todo, una anticuada organización política y administrativa derivada de las monarquías absolutas, impedían que nuestro país siguiera el ritmo de crecimiento y modernización de otras naciones que consiguieron gobiernos mejor organizados y ejércitos mucho más poderosos. 
      Francia, con el concurso del cardenal Richelieu, se convirtió en uno de los Estados más prósperos. Inglaterra mientras tanto, iba incrementando su poderío naval y con él dominaba el comercio. El modelo francés quiso ser copiado por los gobernantes españoles. Nuestros reyes dejaron las grandes decisiones en manos de sus validos; pero en España ninguno de estos personajes consiguió ser aceptado por el pueblo. El más famoso y controvertido de todos ellos fue, sin duda, el Conde Duque de Olivares.
   La derrota de la Armada Invencible no fue un hecho aislado. La flota española había sido la mejor del mundo, pero a mediados del siglo XVII sufrió una serie de reveses frente a navíos ingleses. 


   La economía española continuaba dependiendo, casi de manera exclusiva, de los recursos que llegaban desde el Nuevo Mundo. Mientras tanto, en otros países de Europa había comenzado una verdadera revolución industrial; se construían modernos buques, más modernos, veloces y mucho mejor armados que los españoles. con ellos, consiguieron llegar a distintos continentes y fundar nuevas colonias. El Imperio Español se fue debilitando, perdió protagonismo en Europa y difícilmente podía apaciguar las frecuentes insurrecciones que sufría en sus posesiones.
   El 14 de abril de 1578 nació en Madrid el hijo de Felipe II y Ana de Austria. Ocupó el trono español desde el 13 de septiembre de 1598 hasta que falleció el 31 de marzo de 1621. Contrajo matrimonio con Margarita de Austria, de la que tuvo ocho hijos. El primero de ellos, nacido el 8 de abril de 1605, le sucedió con el nombre de Felipe VI.

Añadir leyenda
Felipe III era un gran aficionado al arte y la caza, por este motivo dejó el gobierno del imperio en manos del Duque de Lerma quien, a su vez, delegó gran parte de los asuntos de Estado en don Rodrigo Calderón. La política exterior de este gobernante se dirigió, en un principio, a conseguir la paz internacional y en cuestiones internas, su objetivo era hacer frente a la impopularidad que habían alcanzado los moriscos. Para conseguir su expulsión, movilizó un gran ejército con el cual, entre 1609 y 1610, se logró que alrededor de trescientas mil personas abandonaran el país. La propia armada española se encargó de llevar a cabo su traslado hasta Túnez y Marruecos.