lunes, 12 de octubre de 2015

XVI FELIPE IV. FELIPE IV Y CASTELLÓN. EL SIGLO DE ORO

Al fallecer Felipe III a causa de unas fiebres, en 1621, le sucedió su primer hijo varón que era el tercero de los ocho que tuvo con su prima Margarita, archiduquesa de Austria: Felipe IV. Subió al trono de España el 31 de marzo de 1621. Su reinado superó los cuarenta y cuatro años. En una primera etapa dejó los asuntos de Estado en manos del conde duque de Olivares, mientras que durante los últimos años se ocupó de manera personal, con la ayuda de alguno de sus ministros. 
   En la etapa del conde duque de Olivares, se intentó acabar con la corrupción que se había instalado en la corte e intentó legislar para sanear la economía y reformar las costumbres de los españoles. Esta etapa fue un completo desastre tanto en el interior del país, como en el exterior. Al terminar la guerra de los Doce Años los conflictos continuaron en Flandes y tanto Francia, como Inglaterra, vieron en Holanda un buen aliado para combatir los intereses españoles, con lo cual, el ejército español se vio inmerso en una guerra simultánea con los tres países. La necesidad de contar con recursos suficientes para hacer frente a los conflictos, le llevó a ejercer una gran presión fiscal con el consiguiente descontento de los súbditos. Esta medida, junto con algunos problemas en Cataluña y Aragón, decidió al Rey a desterrar al conde duque y dirigir, de manera personal el gobierno de la nación.
   Tampoco fue demasiado afortunada esta última etapa, como no lo fue el propio monarca en el plano personal. De su primer matrimonio con Isabel de Borbón, hija del Rey de Francia Enrique IV, nacieron siete hijos, de ellos, el único varón fue el príncipe Baltasar Carlos. Del segundo matrimonio con Mariana de Austria hija del emperador Fernando II nacieron cinco hijos, el último de los cuales, el príncipe Carlos, le sucedió en el trono con el nombre de Carlos II. 
   Felipe IV es conocido por algunos historiadores, como el Grande y por otros como el Rey Planeta, falleció el día 17 de septiembre de 1665 a la edad de sesenta años. Sus restos reposan en el Escorial.
   
   El mismo día que falleció su padre, Felipe IV envió una carta personal a los jurados de Castellón, participándoles el suceso y rogándoles que organizaran las honras fúnebres acostumbradas. En el mismo documento les comunicó que el marqués de Javara, continuaría al frente del Reino de Valencia.
   La política del monarca, al igual que la del conde duque de Olivares, nunca fue del agrado de nuestros antepasados. Entre otras cuestiones, la inseguridad era notable. Además de los fuertes impuestos, la corrupción, el desorden era tan grande que los bandoleros se hicieron con el poder en muchos pueblos. A pesar de que a los malhechores se les imponían severas condenas, no se conseguía terminar con ellos, por lo que las puertas de entrada a las poblaciones tenían que estar siempre vigiladas, con el consiguiente gasto que ello producía; pero a pear de todo, sucedían cosas increíbles, como la del día 3 de noviembre del año 1649, cuando tropas francesas habían rodearon San Mateo y desde allí se dirigieron a Cálig para saquearlo y tomar la población. 
   
   Durante el largo reinado de Felipe IV, España no vivió los mejores momentos de su Historia; sin embargo, se le debe reconocer un enorme interés por la cultura y el arte. En el Museo del Prado de Madrid se pueden admirar gran parte de sus obras de arte. La compra de cuadros y el mecenazgo que ofreció al pintor sevillano Diego de Velázquez le permitió reunir una de las mejores colecciones de pintura de todos los tiempos.

La Rendición de Breda. Óleo de Diego Velázquez

   Durante el periodo comprendido entre 1515 y 1700, en España surgieron grandes pintores, como el propio Velázquez o El Greco y literatos ilustres: Miguel de Cervantes, Garcilaso de la Vega, Góngora, Lope de Vega, Calderón de la Barca y Quevedo. Nuestro siglo de Oro ha sido considerado en numerosas ocasiones como el verdadero Renacimiento Español. 
  

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