domingo, 4 de octubre de 2015

XIV FELIPE II Y CASTELLÓN. PIRATAS EN NUESTRAS COSTAS.

Felipe II llegó a Castellón de la Plana por mar y fue recibido en el pequeño caserío de pescadores que dio lugar con posterioridad al actual Grao, por unos mil vecinos. Desembarcó el 12 de enero de 1586. Al día siguiente se trasladó  a Borriol. A la salida de la ciudad, los vecinos instalaron un acto triunfal con tres fuentes de las que manaba vino. A pesar de estas muestras de cariño, no todos los castellonenses eran partidarios del Rey. En su interior quedaba la imagen de ls tropas reales cuando, en 1563, fueron registradas numerosas asa en busca de armas, tanto en la capital de la gobernación, como en los restantes pueblos de la comarca.
   En el caso de Castellón de la Plana, los soldados entraron en treinta y cinco casas, pero en toda la gobernación se realizaron más de dos mil registros. Se encontraron muchos tipos de armas: espadas, puñales, trabucos, ballestas y lanzas. Todas ellas fueron incautadas en nombre de Felipe II.
   Enterado el Rey de los perjuicios que producían los piratas, quiso proteger de manera adecuada nuestra costa para evitar nuevas invasiones. Para ello remitió una carta al Consell de la ciudad el 26 de agosto de 1562. En ella expresaba que había ordenado a su ingeniero Juan Bautista Antonelli que se trasladara a la capital de la Plana y tomara datos con el fin de proyectar fortificaciones en la playa, en evitación de los daños y robos que pudieran cometer los corsarios enemigos de la fe católica.
   Antonelli había proyectado y dirigido la construcción de algunas otras fortificaciones en la costa alicantina; sin embargo, las de nuestro litoral nunca se llegaron a convertir en realidad. Durante la visita del famoso ingeniero militar, comprobó que las defensas de la ciudad no podían resistir un ataque de las armas de la época, por lo que levantó un plano con las fortificaciones que según él, eran necesarias para que la ciudad quedara protegida de un posible bombardeo de la artillería enemiga. Al igual que ocurrió con el estudio que hizo de las torres para la defensa de la costa, tampoco las obras que juzgó necesarias para la reforma de las murallas de la ciudad, llegaron a ejecutarse.
   Durante la mayor parte de la época de Felipe II, al igual que en el resto de España, la convivencia entre mahometanos y cristianos era pacífica. Sin embargo, al circular la idea de que la comunidad musulmana se estaba armando, el Rey ordenó el desarme de los moriscos en todo el reino de Valencia. Las tropas reales entraron, por sorpresa, en los domicilios de los moriscos. También era frecuente la llegada de navíos tripulados por infieles que causaban terror entre los vecinos. El día 10 de octubre de 1586, después de perseguir a una nave cristiana, bombardearon la torre de Cap y Corp algunas galeras turcas. Tuvieron que llegar tropas desde Alcalá para rechazar el ataque, pero los corsarios lograron darse a la fuga. 


      Durante la época de Felipe II la economía del país y también la de nuestras tierras, se fue debilitando de manera considerable. Las colonias americanas, lejos de aportar riquezas al Estado, producían grandes pérdidas. España mantenía guerras con Francia, Flandes e Inglaterra. Estos conflictos hicieron descender el volumen del comercio entre España y el resto de los países europeos. La presión fiscal hizo que la pobreza alcanzar a todo el país, por todo ello el Rey, agobiado por los problemas y sus enfermedades se refugió en el monasterio del Escorial donde falleció el 13 de septiembre de 1598.


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