domingo, 4 de octubre de 2015

NUEVO PANORAMA EUROPEO. LUTERO. DOMINIO TURCO. LA PESTE. FELIPE II



El nuevo continente descubierto por Colón, atrajo la atención de los países más poderosos. Francia e Inglaterra estaban en disposición de conquistar parte de América. Mientras tanto, otros quedaron divididos en diferentes estados y ciudades que se disputaban el poder en los territorios que durante los últimos tiempos, habían formado el Sacro Imperio Romano Germánico. La Iglesia había entrado en un periodo decadente. Durante muchos años los distintos papas habían sido respetados por todos los cristianos, pero fueron surgiendo distintas corrientes de opinión que exigían una profunda reforma. 
   Tanto en las ciudades, como en los monasterios y conventos, fueron surgiendo voces que exigían un cambio en las costumbres de la Iglesia y al mimo tiempo trataban de conseguir modificaciones en la ortodoxia y la liturgia que desde Roma, se dictaba para toda la cristiandad. Al mismo tiempo se amenazaba con no acatar la autoridad del Papa. Solo cabían dos soluciones: cambiar algunos preceptos desde la propia Institución o que alguien lo intentara, por su cuenta, tal como hizo un fraile agustino llamado Martín Lutero, consiguiendo que sus nuevas propuestas se extendieran por distintos países europeos, sobre todo en los de lengua germana.
   Al mismo tiempo, Enrique VIII de Inglaterra deseaba que el Papa anulara su matrimonio con Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos y al no conseguirlo, decidió fundar una nueva Iglesia desvinculada de Roma, surgiendo de esta forma, el cisma de Inglaterra.
 Por si faltaba algo, los grandes viajes y las invasiones de pueblos originarios del norte de Europa, posibilitaron la propagación de distintas enfermedades por todo el continente. Los países debían luchar contra plagas que acababan tanto con los animales y vegetales imprescindibles para comer, como con los propios habitantes de los pueblos. La peste terminó con la mayor parte de los ciudadanos del continente. 
   Así mismo, don la ayuda de una poderosa flota, los turcos se hicieron los dueños del comercio en el Mediterráneo. Consiguieron conquistar Trípoli y amenazaban al resto de las colonias europeas. 
   En España nunca lograron penetrs las reformas religiosas que tanto éxito habían tenido en otros países europeos. La fe católica fue llevada y difundida por el Nuevo Mundo a través de la compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola y el papa se convirtió en el mejor aliado de los monarcas españoles. En el Concilio celebrado entre 1541 y 1563 en la ciudad italiana de Trento, se establecieron las fórmulas para terminar con la reforma de Lutero y sus seguidores, pero a pesar de ello, el protestantismo se extendió por todo el mundo.
   Con la confusión política, social y religiosa, la amenaza de los turcos, la consolidación del poderío inglés en el Atlántico y el deseo de Francia por adueñarse de Europa, Carlos V se retiró, en 1557, al monasterio de Yuste y dejó el trono en manos de su hijo Felipe II que se propuso continuar la obra de su padre e incluso pudo añadir a sus posesiones nuevos territorios de ultramar, como Filipinas y algunas islas del Pacífico. Durante su reinado Madrid se convirtió en la capital del Imperio Español y en 1561 se acordó el traslado de la corte. 

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