miércoles, 25 de noviembre de 2015

CAPITULO XXIV.- CASTELLÓN EN TIEMPOS DE FERNANDO VII. EL MOVIMIENTO OBRERO. ISABEL II

Los vecinos de la capital deseaban el regreso del monarca Borbón. Por ese motivo se celebró de manera solemne la proclamación, como Rey de Fernando VII. En su honor se organizaron grandes festejos. El propio monarca visitó Castellón de la Plana el día 19 de noviembre de 1828. Se hospedó en el palacio del obispo y allí mismo se organizó una fiesta a la que fueron invitadas las familias más destacadas de la ciudad. El día siguiente continuó viaje,junto con su séquito, en dirección a Barcelona y pernoctó en Alcalá de Chivert.

   Durante aquellos tiempos la producción industrial cambió la vida en la mayor parte de los países que habían basado su economía en la agricultura, la ganadería, el comercio y la industria. Los procesos de modernización consiguieron transformar las costumbres y aumentaron los recursos de los pueblos agrícolas, pero al mismo tiempo, los obreros de las fábricas deseaban mejorar sus condiciones laborales. Inglaterra acabó reconociendo el derecho a la asociación de los trabajadores en 1825. Unos años después, tanto en la Gran Bretaña, como en el resto de Europa nacieron los sindicatos. A través de estas organizaciones, la clase obrera ya contaba con unos interlocutores para lograr sus aspiraciones salariales y sociales. 

   Cuando la infanta doña María Isabel Luisa todavía no había alcanzado los tres años de edad, falleció su padre el rey Fernando VII. En España se derogó la Ley Sálica, con la oposición del que hasta entonces era heredero al trono español, don Carlos María Isidro de Borbón y sus partidarios. Por este motivo se iniciaron las denominadas Guerras Carlistas. Durante la minoría de edad de la infanta Isabel, se hizo cargo de la regencia del país su madre María Cristina de Borbón-dos Sicilias hasta que en 1840, le sucedió en este cargo el general Espartero. A los trece años la infanta fue considerada mayor de edad y al cumplir los dieciséis contrajo matrimonio con su primo don Francisco de Asís, duque de Cádiz. 
   Durante el reinado de Isabel II se consolidó la corrupción en España. Las grandes obras de infraestructura y sobre todo las primeras líneas ferroviarias, sirvieron para enriquecerse a distintos personajes, algunos de ellos muy relacionados con la corte. La política exterior española tampoco se puede considerar como un modelo. Numerosos conflictos en África y en Sudamérica, un ejército mal equipado y alianzas poco rentables, para los intereses del país, sumieron a España en una situación política y económica insostenible. En 1868, después de la revolución conocida como la Gloriosa, se exilió a Francia y abdicó a favor de su hijo Alfonso. Murió en París el 9 de abril de 1904. Sus restos mortales fueron trasladados, en 1906, al Monasterio de El Escorial, donde reposan en la actualidad.


jueves, 19 de noviembre de 2015

INDEPENDENCIA DE LAS COLONIAS. FERNANDO VII. CONSTITUCIÓN DE 1812

Los países del nuevo continente descubierto por Cristóbal Colón, permanecieron durante tres siglos tutelados por otras naciones, pero cuando sus habitantes creyeron que ya habían alcanzado su mayoría de edad, comprobaron que pagaban los mismos impuestos que sus compatriotas residentes en Europa y exigieron los mismos derechos. Por otra parte, la semilla independentista que culminó con el nacimiento de loes Estados Unidos, germinó en el resto del continente americano. Los colonos creían estar preparados para poder gobernarse sin ayudas externas y en caso de necesitarlo, tenían más cerca de ellos a un poderoso aliado con la experiencia y recursos necesarios. Algunos militares del ejército español, funcionarios de la administración y miembros de la Iglesia, enm ocasiones descendientes de Europa y otras veces nacidos en los propios países americanos, se aliaron con las corrientes independentistas. Tupac Amaru en Perú, Miguel Hidalgo en México, Simón Bolívar en Venezuela, José Sucre en Bolivia, Bernardo O'Higgins en Chile y José San Martín en Argentina consiguieron la independencia en sus respectivos países, de tal manera que del Imperio Epaño de la etapa en que los destinos de nuestro país estuvieron en manos del hermano de Napoleón, a partir de 1823, solo siguieron perteneciendo a España: Cuba y Puerto Rico.
   Del matrimonio de Carlos IV y María Luisa de Parma, nacieron catorce hijos. Ocho de ellos fallecieron a edad temprana. El 23 de septiembre del año 1789 fue nombrado heredero al trono de España el infante Fernando, pero en realidad no pudo ocupar el trono hasta el 11 de febrero de 1813, cuando Napoleón, tras abandonar España su hermano José, lo reconoció como Rey, firmó el correspondiente documento y el deseado monarca recuperó todos sus bienes y posesiones que había perdido en 1808 aunque a cambio de ello se comprometió a expulsar de la nación a todos los británicos que residieran en nuestro país y así mismo, perdonar a los partidarios de José I. El reinado de Fernando VII no cumplió las expectativa que el pueblo había puesto en él. Las constantes crisis de sus gobiernos, los numerosos grupos de presión y distintos conflictos, situaron a España en diferentes ocasiones, al borde de la guerra civil. Por si algo faltaba, aunque se casó en cuatro ocasiones, solo tuvo dos hijas: Isabel y Luisa Fernanda. La heredera, Isabel, contaba al fallecer su padre en 1833, tres años de edad. Un nuevo conflicto civil estaba a punto de originarse: la Primera Guerra Carlista. 
   La primera Constitución española se promulgó el 19 de marzo de 1812 en Cádiz y se mantuvo, en un primer periodo, hasta el regreso de la monarquía. También permaneció vigente mientras se preparaba la nueva Carta Magna de 1837, entre 1836 y 1837. Aquella Constitución, por haber sido aprobada el día de San José, fue conocida como la Pepa. Contenía principios sociales muy avanzados y ambiciosos, lástima que se aprobara durante un periodo tan confuso y apenas pudo producir algún efecto en la sociedad española. 
   

domingo, 15 de noviembre de 2015

CAPITULO XXIII.- CASTELLÓN A COMIENZOS DEL SIGLO XIX. LA GUERRA DEL FRANCÉS

Durante el primer periodo del siglo XIX los castellonenses vivieron una larga etapa de luchas y sufrimientos. La presión de Bonaparte sobre los monarcas españoles, consiguió que los ciudadanos se dividieran en partidarios de uno u otro pretendiente al trono. Incluso algunos, conocidos como afrancesados, preferían a un familiar del corso para dirigir los destinos de España y trataron de que José Bonaparte se consolidara como Rey. Los afrancesados consiguieron, en un principio, permanecer en los puestos de mayor responsabilidad, pero no eran bien vistos por el resto de los vecinos. En muchos pueblos, durante la Guerra de la Independencia de España, se vivieron lamentables sucesos entre los partidarios de cada uno de los tres pretendientes al trono español. Durante aquellos triste años, al frente de la gobernación de Castellón se encontraba el coronel don Pedro Lobo. Había sido elegido para tan importante cargo al fallecer Bermúdez de Castro, uno de los más grandes políticos de cuantos han dirigido los destinos de estas tierras. Era complicado suceder a una persona tan querida, por el pueblo, como su antecesor. El coronel Lobo no consiguió nunca ganarse la confianza de los ciudadanos.
   Al iniciarse los conflictos entre partidarios del rey Fernando VII y los afrancesados, el gobernador Lobo fue acusado de traidor y a mediados de junio de 1808 fue acuchillado en el propio Ayuntamiento de la ciudad. Su cadáver fue trasladado al centro de la plaza Vieja. Como consecuencia del asesinato del gobernador Lobo, fueron apresados y juzgados cuarenta vecinos acusados de los sucesos. Después de ser condenados a muerte, en la plaza Vieja se plantó la horca y en cumplimiento de la sentencia, se ajustició a los culpables.
   Uno de los sucesos más tristes de toda la historia de Castellón se produjo el día 9 de marzo de 1810. En las inmediaciones del puente nuevo del Mijares murieron setenta y siete castellonenses por querer defender a sus pueblos, familias y propiedades.
   El día 21 de agosto de 1810 el mariscal Suchet al mando de veintidós mil hombres, llegó a Castellón de la Plana y tomó la decisión de destituir a sus autoridades para nombrar personas de su confianza. No solo fue en la capital donde se llevaron a cabo acciones de este tipo. También en la mayor parte de las poblaciones, los vecinos se enfrentaban contra quienes se habían distinguido como afrancesados. 
   Las tropas francesas iban tomando los distintos pueblos, sin ninguna oposición, puesto que los vecinos conocían sus movimientos y habían abandonado sus casas y propiedades para evitar las represalias de los soldados franceses. Algunas poblaciones como Morella, resistieron y fueron cercadas. El mariscal Suchet conseguía vencer, en todos los frentes, a las tropas fieles al Rey de España. Después de entrar el día 21 de agosto de 1810, las tropas de Suchet no se detuvieron en la ciudad. Se limitaron a cambiar a las autoridades y siguiendo órdenes del propio José Bonaparte, continuó camino hacia Valencia. Algunos sucesos siguieron conmocionando la vida en la capital de la Plana, 
   Durante aquellos años surgió la figura del Fraile. Así se llamaba un guerrillero que se llamaba Ascensio Nebot que había pertenecido a una orden religiosa en su monasterio de Nules. El Fraile logró vencer en numerosas emboscadas a Suchet y el día 5 de julio de 1813 José Bonaparte pasó por la capital de la Plana camino de Cataluña, perseguido por las tropas que continuaban siendo leales a Fernando VII. La ciudad quedó protegida por los hombres del Fraile que también pudieron sustituir a las personas que habían elegido los franceses para ocupar los más altos cargos públicos.
   

lunes, 9 de noviembre de 2015

CAPITULO XXII.- ESPAÑA Y NAPOLEÓN. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

Desde el reinado de Felipe V, se había establecido entre Francia y España una alianza con el objetivo de vencer, en el caso de que fuera necesario, al imperio británico. Siguiendo el consejo del primer ministro Godoy, Carlos IV y Napoleón Bonaparte firmaron distintos tratados para fortalecer los lazos de amistad y cooperación entre los dos países. El documento más importante de cuantos se firmaron fue el suscrito en Fontainebleau el 27 de octubre de 1807. Como consecuencia de estos acuerdos, la armada española ya tuvo que intervenir en la batalla de Trafalgar en 1805 y también en la guerra de las naranjas contra Portugal. En ambas ocasiones la monarquía española había dado síntomas de su debilidad, por lo que Napoleón consideró que la alianza con España ya no le era útil y se decidió a penetrar en la Península Ibérica. Las tropas francesas, formadas por más de sesenta mil soldados, ocuparon importantes ciudades del norte de nuestro país. La familia real se refugió en el palacio de Aranjuez, siguiendo las instrucciones de Godoy, como paso previo a embarcar hacia América y dejar España en manos de Napoleón.
La mayor parte del pueblo español y sobre todo los madrileños, estaban convencidos de que la familia Bonaparte quería consolidarse en España, por esta causa el 17 de marzo de 1808 un buen número de partidarios del Príncipe de Asturias asaltaron el palacio de Aranjuez, así como el de su primer ministro Manuel Godoy. Ante el temor de un linchamiento, Carlos IV abdicó en favor de su hijo que se convirtió, de esta manera, en Rey de España con el nombre de Fernando VII. A partir de aquel momento los españoles no sabían muy bien quién gobernaba en España. El propio Carlos IV y su hijo Fernando se iban alternando en el trono. Ambos tenían sus partidarios y detractores, aunque era mayor la popularidad del Príncipe de Asturias; pero el mes de mayo de 1808 ambos renunciaron al trono en favor de Napoleón. Estos documentos de renuncia se firmaron en Bayona y el hermano de Napoleón, José, se convirtió en José I Rey de España.
   José era un año mayor que su hermano. Había ya ocupado el trono de Nápoles en 1806 cuando subió al de España, después de las abdicaciones de Bayona. Sin embargo José bonaparte nunca tuvo el apoyo ni la confianza de todo el pueblo español y el pueblo de Madrid se levantó en armas contra el ejército francés el día dos de mayo de 1808, iniciándose la guerra de la Independencia.
   Los sucesos ocurridos en las proximidades de Madrid los días 2 y 3 de mayo de 1808 movilizaron a los españoles. Los enfrentamientos entre grupos de guerrilleros y las tropas de Napoleón se sucedieron en todo el país. La guerra era desigual. El ejército francés estaba muy bien preparado y contaba con excelentes generales, el español se encontraba en inferioridad y sin un líder político ni militar. Sangrientos combates se libraron en Valencia, Zaragoza y Murcia. Todo hacía pensar en una larga contienda. Sin embargo, el conocimiento del terreno y la tenacidad de los españoles, junto con distintos actos de heroísmo, hicieron posible que por primera vez, el ejército de Napoleón se rindiera en la batalla de Bailén. Esta derrota de los franceses supuso el exilio de numerosos afrancesados. Se calcula que más de diez mil familias, simpatizantes de Francia huyeron a la vecina nación. Sin embargo, los enfrentamientos entre el ejército francés y el español continuó. España contaba entonces con doce millones de habitantes y alrededor de cuatrocientas mil personas habían fallecido como consecuenca de los enfrentamientos tanto en el campo de batalla, como en las propias ciudades. 

viernes, 6 de noviembre de 2015

DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA AL IMPERIO NAPOLEÓNICO

A pesar de algunos conflictos sociales y otros de carácter bélico, de singular importancia, el siglo XIX puede calificarse de un periodo de enorme evolución y progreso. Las monarquías absolutas parecían tener los días contados en la mayor parte de los países del mundo. En Francia, las personas más humildes se consideraban explotadas por una nueva y poderosa clase social formada por ciudadanos que se dedicaban al comercio y a distintas actividades industriales. Esta lucha de clases, junto a los nuevos conceptos de libertad, fraternidad e igualdad, surgidos a partir de las ideas de Voltaire y Rouseau, junto con la exención de impuestos que gozaba la nobleza y el clero, provocaron el descontento de la población. Los ciudadanos estaban convencidos de que debían hacer frente al rey Luís XVI, con la misma decisión que lo habían hecho los estadounidenses para lograr su independencia.                                           El 14 de julio de 1789 los vecinos más humildes de París, sin más armas que sus herramientas, decidieron asaltar la Bastilla que era la cárcel de la capital Francesa, pero para el pueblo significaba mucho más. Representaba el poder absoluto del Rey. Después, la revuelta se extendió a toda Francia. Los trabajadores destruían los palacios de los nobles que en algunos casos, huyeron del país. Los revolucionarios se enfrentaron a la Iglesia y se apoderaron de sus bienes. A los clérigos se les obligó a pagar impuestos. 
   A través de la denominada asamblea nacional, el pueblo se había hecho con el poder. El Rey aceptaba su condición de figura decorativa. Mientras tanto, en el seno de los revolucionarios aparecieron deferentes líderes. Si bien el objetivo era redactar una Constitución, cada uno de los cabecillas era partidario de llegar a ella por cauces diferentes.  Ante la indecisión mostrada por algunos revolucionarios, una gran cantidad de mujeres decidieron presentarse en el palacio de Vesalles y obligaron al Rey y a toda su familia a trasladarse a las Tullerías.
El Rey no llegó a permanecer dos años en su nueva residencia, ya que el día 20 de junio de 1791 huyó de París. Todos los miembros de su familia fueron arrestados. Tras la aprobación de la nueva Constitución por la Asamblea Nacional, Luís XVI no tuvo más remedio que aceptar su condición de monarca constitucional. Sin embargo, en la práctica no siempre cumplió su compromiso y en ocasiones no acataba las leyes propuestas por la Asamblea, por lo que en 1792, trs unas elecciones, se acordó abolir la monarquía y fue proclamada la república. 
   Fueron momentos de gran tensión, la mayor parte de las cárceles del país fueron asaltadas y perdieron la vida gran número de prisioneros. A pesar de todo, la economía no mejoraba. Otras naciones europeas estaban dispuestas a enfrentarse a los revolucionarios. En el interior del país algunos manifestantes se alzaron contra la república. Maximilian Rovespierre, uno de los líderes del pueblo, pasó a convertirse en su principal enemigo y fue ejecutado. La Asamble Nacional fue disuelta pasando a ejercer el poder un directorio formado por cinco miembros que tomaron las grandes decisiones entre 1795 y 1799, a partir de este periodo y un nuevo golpe de Estado, se inició el Consulado

El 15 de agosto de 1769 nació en la capital de Córcega, un militar que ha sido considerado como uno de los mejores estrategas de la Historia. Cuando nació Napoleón, apenas hacía un año que  Francia  había  comprado  la  isla a  los genoveses, a             Maximilian  Robespierre
quienes pertenecía  entonces,  de ahí  que fuera  bautizado con el 
el nombre de Napoleone. Su carrera militar se inició en la propia Córcega. Durante 1793 el comandante Napoleón, junto con toda la familia Bonaparte, se trasladó a Francia. En 1794, cuando contaba veinticuatro años, alcanzó el grado de general y apenas dos años más tarde se asó con su primera esposa Josephine, una francesa de origen criollo nacida en la isla de Martinica. Sus grandes


victorias en Italia y Egipto le hicieron alcanzar una gran popularidad, tanto entre el pueblo, como en la tropa. Durante el periodo del Directorio fue nombrado cónsul, junto a otros dos compañeros, pero pronto demostró también su habilidad para la política y en 1802 se hizo nombrar cónsul vitalicio. Impulsó grandes cambios en todos los sectores de la administración francesa, creó el Banco de Francia, volvió a relacionarse con la Iglesia, amnistió a todos los presos políticos y reformó la legislación a través del denominado código de Napoleón. En 1804 él mismo se coronó emperador y con sus propios generales formó una fastuosa core. Al mismo tiempo, fue colocando a sus hermanos en los distintos tronos europeos. Al no tener descendencia con Josephine se divorció y eligió, como esposa, a la princesa María Luisa, hija del emperador austriaco Francisco I. El matrimonio se celebró en 1810, fruto de él nació su hijo Napoleón II.
   La otra meta de Napoleón era vencer a los ingleses, para ello sometió a las Islas Británicas a un bloqueo en 1807. Sin embargo, la guerra con España y la campaña de Rusia, con la que pretendía extender sus dominios hasta el resto del continente europeo, fueron aprovechadas por los británicos para vencerle en Waterllóo y confinarlo en la isla de Elba. En 1814, escapó de su encierro y regresó al continente para alcanzar nuevamente el poder durante cien días. fue hecho prisionero y conducido a Santa Elena, isla donde perdió su vida en 1821, según algunos historiadores a causa de una enfermedad y en opinión de otros, envenenado. 

martes, 3 de noviembre de 2015

FORMACIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS. GUERRA INGLATERA Y ESTADOS UNIDOS. LA CONQUISTA DEL OESTE

Durante los siglos XVII y XVIII muchos británicos cruzaron el Atlántico y en la costa norteamericana fundaron trece colonias. Por los mismos años, emigrantes de origen francés se instalaron más al norte, creándose así: Québec y la Luisiana. Muy pronto se produjeron problemas con la delimitación de las fronteras y comenzaron las primeras tensiones entre franceses e ingleses. Al no verse suficientemente respaldados por el ejército británico, los ciudadanos de aquellas trece colonias norteamericanas decidieron formar su propio ejército bajo el mando del ilustre militar George Washington que contaba con un gran prestigio, buena condición social y una gran preparación militar, puesto que había sido teniente coronel del ejército inglés con el que había luchado en la India. Con el paso de los años, las colonias comenzaron a exigir los mismos privilegios que tenían quienes habían permanecido en la nación europea de donde eran originarios y sobre todo, reivindicaban estar representados en el Parlamento de la nación. Al no ser atendidas sus pretensiones los colonos decidieron sublevare contra las autoridades de Boston. La armada inglesa respondió cerrando el puerto de la ciudad en 1773. La economía colonial se resintió y comenzó la revolución.
   Geroge Washington se puso al frente de un pequeño ejército, pero nada podía hacer contra el que habías sido su ejército. sin embargo, consiguió el apoyo de Francia y España, por lo que en 1783 a Inglaterra no le quedó más remedio que reconocer la independencia de las trece colonias.

   En honor de aquellas primeras colonias, en la bandera norteamericana figuran trece barras. Después de conseguir su independencia, debieron pasar algunos años hasta que en 1787 pudo ser redactada la Constitución del nuevo país y convocarse elecciones. George Washingotn fue elegido primer presidente de los Estados Unidos de Norteaméerica y se mantuvo en el cargo hasta 1797. 
   Los primeros tiempos de la nueva nación fueron muy complicados. Inglaterra presionó a los dirigentes de la nueva nación y por otra parte los nativos se enfrentaban a los nuevos colonos para impedir que se pudieran establecer en las tierras situada al oeste del país. En 1812 se inició la guerra entre tropas británicas y las de los Estados Unidos. Las primeras batallas finalizaron  con victorias del ejército inglés pero el 23 de marzo de 1815, los británicos se retiraron de todos los frentes.
   A partir de entonces numerosas caravanas comenzaron a internarse en las regiones del interior. Gente del este y emigrantes de otros países, deseaban alcanzar la costa oeste donde se hablaba de imporantes minas y tierras fértiles que podían ser ocupadas por quienes llegaban hasta ellas.


Entre la última década del siglo XVIII y gran parte del XIX se logró ocupar la mayor parte de las nuevas tierras en las que tan solo habían residido, hasta entonces, los antiguos pobladores americanos. Los nuevos ocupantes eran, en su mayoría, antiguos colonos que ya residían en tierras norteamericanas, pero también llegó gente procedente de Europa y otras partes del mundo, atraídos por las riquezas y y posibilidades que ofrecían las tierras de la costa del Pacífico.


  
  

domingo, 1 de noviembre de 2015

CAPÍTULO XXI.- CARLOS IV. MANUEL GODOY. LAS TIERRAS CASTELLONENSES EN TIEMPOS DE CARLOS IV.

El infante don Carlos había nacido en Nápoles el 4 de noviembre de 1740 y falleció en Roma el 20 de enero de 1819. Fue Rey de España entre diciembre de 1788 y marzo de 1808. Contrajo matrimonio con su prima María Luisa y del mismo nacieron catorce hijos. Como era habitual, durante aquellos años, confió las cuestiones de Estado a sus ministros. Una de las decisiones más importantes de su reinado fue la de nombrar a Francisco de Goya pintor de la corte. Gracias a los pinceles del genial artista aragonés han llegado hasta nuestros días, tanto las imágenes de los grandes sucesos que vivieron en España durante el reinado de Carlos IV, como distintas escenas de la vida social y cultural, de aquel periodo tan importante de nuestra Historial. 
   Manuel Godoy fue el personaje más importante en la corte de Carlos IV. Su influencia solo era comparable a la de la reina doña María Luisa de Borbón. Pasó en muy pocos años, de ser un oscuro hidalgo, a primer ministro del gobierno del Rey de España. Tomó, durante la mayor parte del reinado de CArlos IV, las mayores y más comprometidas decisiones. Su colaboración en la firma de un tratado de paz con los franceses le valió el título honorífico de Príncipe de la Paz, a pesar de ello, no todos los españoles eran partidarios suyos, mucho menos cuando los franceses en 1794, tomaron importantes ciudades del norte de nuestro país, aunque después del tratado que impulsó Godoy, Francia devolvió estas poblaciones y el primer ministro consiguió a recuperar una gran parte de su popularidad. 
   Godoy fue destituido en 1798 y dos años más tarde volvió a dirigir el gobierno de la nación. Eran años difíciles para España. Nuestra armada había sido derrotada en Trafalgar. Godoy aconsejó aliarse con Napoleón, pero el descontento de los españoles provocó la renuncia de Carlos IV al trono.
   Durante el reinado de Carlos IV se inició en España, el proceso conocido como Desamortización. La Santa Sede concedió el permiso necesario para expropiar los bienes de los jesuitas y de las diferentes órdenes religiosas. El Estado obtuvo, de esta forma, grandes ingresos al poder subastar fincas improductivas que pasaron a manos de particulares.  


Uno de los  hechos más importantes ocurridos en Castellón de la Plana y los pueblos de la comarca durante el reinado de Carlos IV, fue la inauguración de la nueva acequia que separaba las aguas de Almazora y la capital de la Plana. Al acto asistieron las autoridades y numerosos vecinos y se organizaron numerosos festejos para conmemorar el acontecimiento. 
   En abril de 1793 fueron embargados los bienes de los franceses que residían en España y así mismo, se dictaron normas para que todos los franceses residentes en cualquier pueblo de la nación fueran expulsados del país.  También los piratas continuaban llegando hasta nuestras costas, buen ejemplo de ello fue la llegada a la playa de Castellón de la Plana el último día de abril de 1800, de una nave de corsarios ingleses. Hubo un intenso tiroteo entre pescadores locales y los navegantes británicos. Los cañones de la torre del Grao dispararon sobre el buque inglés. En el combate también intervinieron lanchas desplazadas desde Burriana. A pesar de ello los piratas lograron desembarcar en la playa de Benicasim, pero fueron detenidos e  internados en la cárcel de Castellón de la Plana.
   A pesar de los sucesos ocurridos en Madrid durante los días 2 y 3 de mayo de 1808, los castellonenses se ilusionaron con la llegada a la ciudad, la tarde del 23 de noviembre de 1802, con la llegada del rey Carlos IV, junto con su esposa doña María Luisa, los prícipes de Asturias, don Manuel Godoy un númeroso séquito. Los Reyes pernoctaron en  el  palacio episcopal que el obispo 
                                

de Tortosa don Antonio Salinas se había construido en la capital de la Plana. El resto de los ilustres visitantes se acomodaron en los domicilios de distinguidos castelloneses. Al día siguiente, con la misma expectación que a su llegada, siguieron viaje en dirección a Sagunto, siendo despedidos por las autoridades locales, al frente de las cuales estaba el gobernador don Antonio Bermúdez de Castro considerado por muchos, como el mejor político de cuantos han dirigido los destinos de la gobernación de Castellón. Este ilustre personaje estuvo al frente de la gobernación de Castellón durante dieciséis años y falleció la noche del 23 ede mayo de 1897. Los vecinos asistieron a su entierro en gran número.